La diabetes es una de las enfermedades que más afecta a la población mundial. De acuerdo con las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes será la séptima causa de mortalidad en 2030. Se estima que 422 millones de personas sufrían de esta patología hasta 2014. Esta cifra se ha incrementado en la actualidad y la prevalencia de la diabetes ha aumentado con mayor rapidez en los países de ingresos medianos y bajos, como el Ecuador.

En la región se reportan 62 millones de personas con este mal, según informes de la organización Panamericana de la Salud (OPS). El caso ecuatoriano es preocupante, puesto que la diabetes afecta al 7,8% de la población. Esta valoración advierte que más de un millón de personas en el país sufrirían este padecimiento.

La diabetes es una enfermedad silenciosa generada principalmente por la resistencia del organismo a la insulina, aunque esta no es la única causa. Existen tres tipos: la gestacional, la tipo 1 o infantil, y la tipo 2 o relacionada con la herencia, la alimentación y el sedentarismo. Las causas de la diabetes tipo 2, de mayor incidencia en la salud de los ecuatorianos, sugieren que un cambio en los hábitos alimenticios y físicos contribuirían a prevenirla.

En este contexto, la Asociación Latinoamericana de Diabetes ratificó los beneficios de consumir edulcorantes no calóricos, como una alternativa para combatir la obesidad y, en el caso de la diabetes, conservar el sabor dulce de los alimentos sin afectar los niveles de glucosa en la sangre.

La organización revisó los estudios realizados alrededor del tema y validó la evidencia clínica que sustenta que los edulcorantes son seguros para el organismo. Sus resultados, publicados recientemente en la Revista ALAD, fueron los siguientes:

  1. Edulcorantes y control de peso: Los científicos concluyeron que los edulcorantes no calóricos son útiles como herramientas coadyuvantes en el tratamiento o prevención de la obesidad cuando se consumen en sustitución de azúcares. Por lo tanto, es fundamental que su uso se acompañe de un plan de alimentación balanceada que limite el consumo de carbohidratos y energía, a fin de que los edulcorantes funcionen realmente como sustitutos.
  2. Edulcorantes y diabetes: Diversos organismos de salud, particularmente la Autoridad Europea de Seguridad en Alimentos (EFSA), han determinado que el uso de edulcorantes no calóricos genera un menor aumento de los niveles de glucosa en la sangre que los azúcares comunes. Al igual que en el caso de la obesidad, los expertos recomiendan acompañar su consumo con una dieta baja en carbohidratos a fin de aprovechar sus beneficios, tanto para controlar la glucosa como proteger la salud cardiovascular.

 

Finalmente, los científicos hicieron hincapié en que los edulcorantes no calóricos no afectan al apetito ni la sensación de saciedad y, además, son seguros para niños y mujeres embarazadas. Las evaluaciones de los organismos internacionales han demostrado que pueden consumirse con tranquilidad en las diversas etapas de la vida e incluso enfatizan que, en casos de niños con diabetes, obesidad o síndrome metabólico, pueden ser una gran alternativa para contrarrestar estos padecimientos.

 

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