Los taxistas de la provincia de Imbabura con la salida forzada del Gerente de la Empresa de Movilidad de Tránsito, Alberto Buendía, demostraron que son una verdadera “fuerza amarilla” y que logran imponer decisiones al alcalde de Ibarra, Álvaro Castillo.

El alcalde prefirió perder un funcionario a que miles de taxistas le quiten el apoyo y salgan a las calles a protestar en su contra; sin embargo,  esa decisión tiene sus riesgos, porque quienes toman las decisiones administrativas terminan siendo los taxistas.

¿Qué pasaría si tampoco les convence el nuevo Gerente de MOVILDENOR, Edgar López, también ellos pedirán su cambio y así sucesivamente?

El alcalde de la ciudad estuvo de acuerdo en el alza de las tarifas de taxis, a pesar de que constituyó un golpe a la economía de la clase media y que utiliza a diario este servicio; sin embargo se observa que el servicio no ha mejorado en estas unidades de transporte, no hay un cambio en beneficio del usuario.

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