Por, Marco Tafur S
Si entendemos que no solo la razón prima en el debate político o que los argumentos solo responden a la emoción, podremos cambiar la concepción de política. Cantor Hernández… Al ver tanta miseria humana, decido refugiarme en la investigación objetiva sobre las desigualdades sociales. Intento percibir los valores éticos y morales de políticos (cas) pulverizados; y, la sociedad de espaldas a la política.
Trato de comprender el porqué es importante romper paradigmas enquistados en las ciencias políticas, en constante evolución buscando la verdad. Hoy, en plena campaña electoral se ve mensajes de varios matices como el de “refundar la ciudad”; “vuelven las obras” del candidato desesperado por volver al poder local; ¡el cambio ya!; sí puedo construir el Mercado, propuesta de candidatos noveles; y, recados de fiscalizar a las autoridades salientes.
Solo un candidato joven tiene un discurso coherente que involucra a la sociedad con visión a largo plazo. Faltaría tinta para citar las promesas y promesas muchas de ellas demagógicas que tanto critican. La bulla que meten cientos de candidatos a través de las redes sociales planteando sus propuestas, tienen su impacto en el cerebro de los seres humanos.
Es la modernidad de campañas políticas. Se añora, las campañas basadas en comités barriales, tarimas, tela, afiches, pintura, engrudo y escalera; en que las relaciones sociales fueron poderosas que legitiman el poder. Ello quedó en la historia. La relación política con la sociedad es diferente, que merece bosquejar algunas ideas. Son aspectos emocionales los que están en la escena política, más allá de la razón. La siguiente cita, dilucida la importancia de la neurociencia en la política.
“La relación cerebro y el entorno social, no solamente permite la construcción de la cultura y la sociedad, sino que también, fundamenta la construcción política; dicho de otro modo, la coexistencia del cerebro y el entorno social, configura la percepción del mundo, el entendimiento de las relaciones, la definición de la ideología, la construcción de comprensiones del mundo y la determinación de los caminos para su gobierno.
En este sentido, los estudios realizados en esta dirección (cerebro-entorno social), llevan a preguntar ¿cómo las emociones juegan un papel fundamental en la toma de decisiones políticas?” (compasacademico@icloud.com) Entonces se puede anunciar que la Neuropolítica investiga las implicaciones de la neurociencia en el ámbito de la política. Las neurociencias, como conjunto de ciencias (neurona y mente) que estudian la actividad del sistema nervioso y el funcionamiento del cerebro en el comportamiento político del ser humano.
Especialistas en la materia, citan tres métodos neurocientíficos para aplicar al comportamiento político del ser humano: la resonancia magnética funcional, el clásico electroencefalograma (EEG) y el denominado “eye tracking”. Los resultados de las investigaciones sorprenden por su veracidad ajustados a la realidad objetiva.
Es la era de tecnología digital y el país no puede estar exenta de ella. Si existiera una ley moral que obligue a todos los candidatos a someterse a cualquiera de los métodos citados para ver su comportamiento político, se tendría calidad de ellos. Por ejemplo, aplicando el método EEG neurocientífico a la política, poniendo sobre un escritorio dólares en monedas, billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 dólares, se puede definir de manera 100% objetiva determinados aspectos de políticos y candidatos tales como la honestidad, el liderazgo, carisma, empatía, simpatía, demagogia, ambición, y algo más. Muchos de ellos supongo pondrían el grito en el cielo, argumentando que va contra los derechos humanos.
Lo seguro es que, los equipos (de imágenes cerebrales) costosos colapsen por el comportamiento emocional a la cultura de enriquecimiento ilícito. Los neurotransmisores cerebrales pueden cortocircuitarse por la desbandada de las neuronas que estimulan apropiarse de lo que es ajeno. En países desarrollados, diputados de varias tendencias ya se someten a exámenes neurocientíficos aplicados a la política. El tiempo dirá la última palabra, a fin de atesorar calidad de políticos ecuatorianos. MÁS ALLÁ DE LA RAZÓN, LAS EMOCIONES