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Recientemente se aprobó con mayoría de votos en el Concejo Municipal una ordenanza de seguridad que a mi juicio se divide en 3 proporciones.

El 90% es un articulado que cae en el romanticismo y la retórica normativa que a quien la lea, seguro serán muy pocas personas, le hace “soñar” en la ciudad de paz y seguridad, aunque la realidad es otra y cada día por más “cámaras de seguridad” seguimos sintiendo los efectos de una sociedad decadente con la presencia de la delincuencia que es una consecuencia del desempleo, la pobreza y la falta de verdaderas políticas de seguridad y cultura ciudadana.

El 5% es el articulado en donde se decide dividir a los barrios y su organización natural ya que crea un “Consejo de Seguridad” en cada barrio deslegitimado la presencia y autoridad de los Consejos Barriales ya existentes.

Y el otro 5% es el articulado en donde se decide, con tabla y todo, la implementación de la ” TAZA DE SEGURIDAD” implicando con ello que la ciudadanía le toca pagar a manera de “impuesto anual” un monto por la seguridad, sin que eso signifique que se garantice la seguridad de sus domicilios e integridad física de las personas.

Para ser concretos, la “tablita de costos de seguridad del municipio” dice que, quienes tienen una propiedad evaluada en menos de 100 mil dólares pagará entre 1, 2 y 3 dolares; quienes tienen el bien evaluado de 101 mil a 500 mil pagarán 25 dólares y superior a los 500 mil en 50 y 100 dólares, muy pocos son los pobladores que tienen propiedades con avalúo de medio millón de dolares, así también es pequeño el porcentaje de quienes tienen propiedades menos de 100 mil dólares, la gran mayoría tienen un bien evaluado en la franja media de más de 101 mil dólares y por tanto les corresponderá cancelar 25 dólares.

Para quienes quieren dinero, frente a su falta de iniciativa y gestión, es fácil aprobar ordenanzas que le meten la mano al bolsillo de los ciudadanos, creen que tener un bien con cierto monto de avalúo es tener dinero y no precisamente corresponde a la realidad. Muchos hemos construido nuestra vivienda con sacrificio, esfuerzo y quizá aún estamos pagando el crédito bancario a fin de contar con un lugar de vivienda digna para nuestras familias.
La ordenanza aprobada no dice que si el ciudadano paga la taza y si sufre un robo a su domicilio va a tener un seguro de reposición de lo robado, tampoco es un seguro de vida, seguramente las cámaras que “quieren ubicar” y que a mi juicio sería el fondo de esta taza, estarían ubicada en las calles en donde viven los que la aprobaron para si seguridad, porque eso suele suceder, mientras la inseguridad en sectores de la ciudad son críticos y cuando se requiere la presencia de elementos de ayuda brillan por su ausencia o sencillamente llegan cuando los delincuentes han fugado.

Una ordenanza sin socialización adecuada, sin proyectos integrales de seguridad, que dividen a los barrios antes de cohesionarlos, que le mete la mano a los bolsillos de los ibarreños.

Es mi opinión, quizá divergente con la suya, pero la respeto.

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