Soy un ser que cumple en esta vida la misión de lograr la felicidad personal y ayudar a otros a obtenerla.

Marco Almeida Vinueza, arquitecto de profesión, 65 años de edad, cuando tenía 40 años ocupó la alcaldía de Ibarra, esto fue en el período de 1984- 1988.

Al segundo intento llegó a la alcaldía; volvió a postularse en el 2004 por el PRIAN. Fue Director de Planificación, en los setenta, luego concejal y vicealcalde a los inicios de los ochenta; se desempeñó como gobernador de Imbabura y Presidente de “Selva Alegre” (1989- 1991); fue Director de la ID.

¿Cómo ve en retrospectiva estos 30 años de democracia en Ibarra?

En este periodo posterior al de las dictaduras militares, los ecuatorianos fijaron sus esperanzas en un cambio estructural del estado bajo el liderazgo de un regimen partidista donde brillen la democracia y los grandes objetivos nacionales. Pero los partidos políticos defraudaron y permanece la inmadurez política del pueblo y sus representantes.

¿Cómo le recuerda la gente de Ibarra?

Mucha gente con gratitud, afecto y consideración, algunos con resentimiento comprensible, puesto que en la función pública nunca se puede satisfacer a todos y en todo. Sin embargo, a todos agradezco, cualesquiera sean sus criterios.

¿Cómo era la forma de hacer política antes y cómo es en la actualidad?

Antes como ahora, la política tiene en esencia el mismo comportamiento, aunque se vista de modernidad y cambio ideológico, puesto que en el fondo del problema está la falta de una educación en valores espirituales que den sustento al servicio altruista a favor de la colectividad, tal como debe ser la auténtica política.

¿Cómo puede definirse como persona y políticamente?

Soy un ser que cumple en esta vida la misión de lograr la felicidad personal y ayudar a otros a obtenerla. Una felicidad que engloba el desarrollo espiritual, mental y físico. Esta es mi política en todos los actos públicos y privados.

¿Cómo es que usted decide ser candidato a la alcaldía de Ibarra la primera vez?

Una vez graduado en la universidad Central de Quito, retorné a Ibarra para trabajar como arquitecto de planificación municipal. Luego obtuve una beca para estudiar en Francia y a mi retorno continué sirviendo en el municipio. Con estas experiencias concluí que para poder aplicar la técnica, era necesario tener un poder político y entonces, acepté ser candidato a la alcaldía.

¿Cómo se sintió luego de su primera derrota electoral?

En mi primera candidatura no era iluso y consideré siempre la alternativa de no ganar y por lo tanto, no fue una sorpresa perder. Sí me sorprendió el bajo nivel político imperante en el electorado y en los actores políticos. Sin embargo esta derrota me motivó para seguir adelante y lograr ser concejal y luego Alcalde de Ibarra.

Se dice que usted tenía un estilo autoritario de gobernar, ¿Cómo eran esos años?

En la función pública, siempre he actuado con energía, honradez y responsabilidad social, actitud que generalmente es mal comprendida por el burocratismo y el sindicalismo renuentes a los procesos de cambio. Sin embargo, puedo haber cometido errores de buena fe y por lo tanto, pido disculpas a los afectados.

¿Por qué dejo la ID, si usted fue uno de sus fundadores e incluso llegó a ser gobernador?

En Imbabura fui uno de los fundadores del nuevo partido ID, por lo mismo propicié asumir responsabilidades para un cambio en el ejercicio de la política, libre de la demagogia y la improvisación. La ID en Imbabura paulatinamente cayó en esos ancestrales defectos, entonces decidí alejarme.

¿Los partidos son los culpables de la crisis del País, tal como lo dice Correa?

Tienen una importante responsabilidad, sin embargo son también corresponsables otros importantes sectores ciudadanos: los medios de comunicación, el sistema educativo, el sistema judicial, el sindicalismo, la banca, el aparato productivo y la burocracia, cuando estas se dejan manipular por la corrupción, la falta de objetivos nacionales y el afán de milagros.

Mencione tres o cuatro obras importantes en su gestión.

En el campo de la planificación: la entrega del Plan de desarrollo integral del Cantón Ibarra, el plan de desarrollo de la Laguna de Yahuarcocha y el sistema de agua potable de Ibarra. En la realización de obras: la construcción del palacio municipal y el edificio de Emapa, con el objeto de reemplazar a los edificios afectados por el terremoto del año 1987.

¿Cuál fue su mejor aporte para la ciudad de Ibarra?

El mejoramiento municipal aplicando el principio de desarrollo administrativo por objetivos y motivación y, el saneamiento económico financiero. Esto fue motivo para que el gobierno de León Febres Cordero reconociera al Municipio de Ibarra, como uno de los pocos municipios del Ecuador que cubra con recursos propios el gasto corriente y aún le quede fondos para invertir en obras públicas.

Ibarra, comienza a desarrollarse en la década del 70 por la urbanización de las ciudades, pero se dice que lo hace en forma desordenada.

En esa década, Ibarra adquiere uno de los mayores crecimientos poblacionales y urbanísticos del país, por efecto de las migraciones atraídas por las bondades del clima y los ibarreños. El municipio por su parte, evidencia limitaciones en el manejo del espacio urbano y en el control de las infracciones. Durante mi alcaldía se procedió a

aplicar un plan de ordenamiento con 25 años de vigencia, pero lamentablemente no hubo continuidad. Este es uno de los factores más críticos para el desordenamiento urbano.

¿Cómo ve en perspectiva al alcalde de Ibarra?

El actual alcalde es un patriota dotado de buenas intenciones, de una apreciable experiencia administrativa y de un adecuado perfil profesional, lo que nos permite ser optimistas de su capacidad para impulsar a Ibarra por un mejor derrotero acorde con las aspiraciones mayoritarias. Espero que todos le ayudemos a liderar los cambios que necesita Ibarra.

¿Cuál es el destino de Ibarra?

Una minga de concertación ciudadana para lograr la transformación del cantón Ibarra, de tal forma que sea un real polo de desarrollo turístico, teniendo como hito fundamental a la laguna de Yahuarcocha, que a su vez se complemente con las otras actividades productivas. Todo con el objeto de generar suficientes fuentes de trabajo para los miles de desocupados existentes en Ibarra.

¿Ahora prefiere ver los toros de lejos, está jubilado de la política?

Cuando se trata de la verdadera política creo que es imposible ser ausente y siempre hay que dar los mejores aportes y nunca jubilarse, sin embargo debo señalar que si estoy retirado de la vieja y corrupta politiquería.

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