Fausto Giraldo
El proceso electoral anticipado para binomio presidencial y asambleístas tomó dormido al Consejo Nacional Electoral, jamás imaginaron que la muerte cruzada podría hacerse realidad, por tanto no trabajaron ni en la más mínima idea de reglamentar o normar un procedimiento que también pudo ser abreviado a efecto de ejecutar unas elecciones con celeridad y sin gastos onerosos.
Para los partidos políticos también les resultó complejo, excepto a quien tiene la fuerza organizativa que “pongan a quien pongan” le irá bien, el resto carentes de cuadros que pudiesen postular como candidatos a las dignidades a elegir. Evidencia el desacreditado proceso político que existe en las organizaciones quienes no forman cuadros, designan candidatos a dedo y según las coyunturas o, simplemente, alquilan los casilleros.
Siendo que el cronograma establecerá los días oficiales de proselitismo público, algunos personajes en el contexto nacional y local ya han iniciado su promoción, quizá con justa razón, apenas son 10 días oficiales de campaña. Sobre está base las organizaciones tendrán que escoger candidatos conocidos, no hay tiempo para posicionar nombres y rostros. La metodología de proselitismo será distinta al convencional.
Lamentablemente en este periodo funcionará el “arrastre electoral” con mayor fuerza, los votantes optarán por el presidenciable y sus candidatos a asambleístas, sin conocerlos, aquello conducirá a que en provincias, por ejemplo, los escaños sean distribuidos entre dos o tres para el ganador y un cuarto o quinto en disputa entre el segundo presidenciable, algún líder local de renombre y con fuerza electoral, así sucesivamente.
Algunos jóvenes políticos analizarán bien su participación, suelen postular candidaturas para darse a conocer y concretar escaños en futuras elecciones, esta vez la campaña no permitirá aquello y peor aún ganar una curul, limitará a la gente nnueva Adicionalmente el ocupar un espacio público por poco tiempo le puede quemar para una posible reelección o simplemente es muy corto el tiempo de ejercicio.
Cabe preguntar ¿El CNE está siendo justo en el cálculo presupuestario?, La Contraloría debe hacer un examen especial, un cuadro comparativo de costos de productos y servicios, la necesidad indispensable de contratación y otros insumos a los que se les asigna recursos, en lo personal no me convence la proforma para este proceso.
Hay ya ciertas muestras de censura previa en espacios de comunicación, no solo a candidatos sino a todos quiénes de una u otra forma asumen una posición, esto no es nuevo, es un comportamiento permanente que va de la mano con el interés y “la línea editorial” de los medios.
Lamentablemente está crisis institucional y el propio proceso electoral genera incertidumbres y dudas más que tranquilizar a la población, estamos sujetos a los tiempos del “rapidin”, los resultados serán desastrosos, gane quien gane.
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