El Dr. Ingeniero de Alimentos Ignacio Vieitez, quien participó de la jornada académica “El rotulado frontal de alimentos. Proyecciones de su aplicación en Uruguay”, puso sus reparos al modelo de etiquetado impulsado por su país, ya que el decreto ordena marcar con un octágono negro con letras blancas en su parte frontal a aquellos alimentos procesados que superen ciertos niveles de azúcares, grasas, grasas saturadas y sal, con relación a la cantidad de calorías en términos absolutos del producto, no en base a una dieta diaria.
El experto señaló que el proyecto asume una relación directa entre el consumo de alimentos procesados y el desarrollo de la obesidad y otras ENT (Enfermedades No Transmisibles) y no toma en cuenta que en dicho tipo de enfermedades inciden múltiples factores como preferencias de consumo, educación nutricional, actividad física, factores ambientales, etc.
Para Vieitez, “la información que contiene una etiqueta no necesariamente asegura por si sola un cambio en la forma de consumo de los alimentos ni en los hábitos relacionados con la salud”. “No existen estudios que demuestren que un simple etiquetado revierta las ENT. Habría que pensar en planes de educación para la población en general”, agregó.
“La propuesta de etiquetado frontal no sólo debe actuar sobre el consumidor, debería motivar a adecuar procesos de producción que en algunos casos pueden resultar complejos”, comentó el académico, quien señaló que necesariamente se debería trabajar con la industria.
En países como Chile y Ecuador el etiquetado de alimentos es parte de la legislación. Vieitez, quien analiza la incorporación de esta mediada en Uruguay, sostiene que el procesamiento de alimentos, que ha salvado de hambre a la humanidad durante cientos de años, no puede ser condenado ni catalogado como causante directo de obesidad ni de enfermedades no transmisibles.
Vieitez mostró su preocupación por el funcionamiento de esta medida en ambos países, ya que el etiquetado no cumple con el marco normativo regional y lo que para la reglamentación del Mercosur es considerado ‘bajo en’ para el proyecto podría ser ‘exceso de’.
El 15 de noviembre del 2013 Ecuador aprobó el “Reglamento sanitario de etiquetado de alimentos procesados para el consumo humano”, con el fin de garantizar el derecho constitucional de las personas a la información oportuna, clara, precisa y no engañosa, sobre el contenido y características de los alimentos que consumen.
En Ecuador el etiquetado de alimentos regula tres aspectos clave en el desarrollo de enfermedades no transmisibles como la diabetes, la obesidad y la hipertensión. El análisis nutricional se realiza en función de la cantidad de azúcar, grasa y sal por 100 gramos de producto. Estos indicadores determinan la cantidad de estos elementos en tres niveles: alto (rojo), medio (amarillo) y bajo (verde). Varios expertos en nutrición señalan que es imprescindible educar a la población, con la finalidad de crear un estilo de vida y hábitos de alimentación saludables, donde se consideren todos los componentes que intervengan en la salud y la alimentación, y no solamente con indicaciones generales como es el etiquetado de alimentos actual.