Por Marco Tulio Amaguaña
Tras las elecciones del 13 de abril último y que los electores en forma mayoritaria depositaron su voto de confianza a favor del señor Daniel Noboa y convertirle en el presidente de los ecuatorianos para el período 2025_2029. Con este hecho el ciclo de transición y período de ” prueba o aprendizaje” literalmente ya se terminó y desde hoy empieza el verdadero reto.
De tal manera que apremia para que el primer mandatario presente sin pérdida de tiempo, ni dilaciones, una hoja de ruta bien trazada, para saber hacia dónde vamos y cuál será el norte del país. Esta hoja deberá venir acompañada de un plan de trabajo realizable y debidamente sustentado en el tiempo y en lo económico, donde prevalezcan las prioridades, sin dejar de lado otras necesidades qué son impostergables.
Ahora empieza su verdadero reto señor presidente, ahora empiezan los grandes desafíos para cumplir y honrar su palabra empeñada en tiempos de campaña y que en la medida de lo posible deberán ser cumplidas y de esa manera cubrir en algo las expectativas creadas en los ciudadanos que votaron a su favor y también para aquellos que no lo hicieron. Claro está y entendemos que el país está atravesando una crisis económica muy difícil, que viene arrastrando desde hace más de una década, ahí es donde queramos ver a un presidente, estadista y equilibrado, para tomar las mejores y acertadas decisiones que vayan en beneficio de la mayoría de los ecuatorianos.
En este contexto el presidente Noboa deberá desplegar una estrategia política integral, que le permita una gobernabilidad construida desde los consensos. El “reto” es ese, gobernar un país “fracturado” y bajo el asecho permanente de una oposición ciega que solo busca el poder a como dé lugar para preservar la impunidad y volver a cometer actos de corrupción.
Por lo tanto, señor presidente, aquí estamos los ecuatorianos de bien, para arrimar el hombro y sumar esfuerzos, porque sabemos que la tarea no es fácil, el país no está en sus mejores momentos, pero confiamos en su liderazgo, no con esto queremos decir que somos “incondicionales”, eso nunca. Aplaudiremos y apoyaremos sus buenas decisiones, así como también sancionaremos fuertemente cuando se aparte del pueblo que lo eligió y que tome caminos equivocados como los gobiernos anteriores.
Hoy empieza el nuevo Ecuador, hoy empieza el gran reto, porque la situación del país así lo exige. Serán decisiones muy duras, difíciles y que estarán marcadas con un alto costo político, pero hay que tomarlas, ahora o nunca para enrumbar el país hacia el progreso. No hay tiempo que perder señor presidente, porque el éxito de su gobierno dependerá mucho de su talante y capacidad de administrar correctamente el estado, con mucha sabiduría y transparencia. Dios bendiga a todos los ecuatorianos en esta nueva etapa.