Por: Flammarión Meneses Arcano9192@hotmail.com

Hace cuatro décadas que desaparecieron del escenario político los dictadores y las grandes figuras que durante setenta años de agitada historia gobernaron el Ecuador con pocos aciertos en el siglo XX, ya en 1979 se dan cuenta que los ilustres duraban demasiado tiempo y el pueblo democráticamente exigía cambios, con civismo eligió a Jaime Roldós como Presidente Constitucional de la República con la seguridad de que algo positivo se forjara en las nuevas ideas de la vida política del país. Su muerte en un sospechoso accidente aviatorio el 24 de mayo de1981 frustró las expectativas de reivindicación popular, lo sucedió Osvaldo Hurtado su binomio; la suerte del país tomó otro giro, luego caímos en manos de León Febres Cordero, un social cristiano sanguinario con muy pocos escrúpulos contra la oposición, desbarató al movimiento sedicioso AVC. Después de Rodrigo Borja, un intelectual social demócrata, subió a la presidencia Abdalá Bucaram, un gobierno que duró seis meses, lo derrocaron por demencia e incapacidad mental para gobernar; es cuando se proliferaron los partidos y movimientos políticos: populistas, conservadores, social cristianos, socialistas, democracia popular, PRE, pachacuti, MPD, comunistas, izquierda democrática, liberales y demócratas. Todos cogobernaron sin sabiduría, fueron causantes de perder la dignidad nacional con la dolarización forzosa que Mahuad a inicios del siglo XXI perdió al sucre como moneda nacional, el país es ingobernable, en menos de diez años tuvimos ocho presidentes, el pueblo desesperado después de ser traicionado por el coronel Lucio Gutiérrez, que decía que el país necesitaba mano dura para reinstitucionalizar y enrumbarse mejor al desarrollo, que él estaba dispuesto “a morir en el intento” como gran patriota .Más, el nepotismo y la improvisación en dos años de desgobierno traicionó sagazmente al pueblo, muchos errores cometía y él mismo automáticamente le tocaba rectificar, motivo por el cual fue derrocado por los “ forajidos” de Quito.

Después de la sucesión correspondiente hubo una gran conmoción política, el país se perfila afanosamente a elecciones presidenciales, la ciudadanía en ese entonces confió ciegamente en Rafael Correa Delgado, joven político de buena aceptación popular espontánea, gobernó con su constitución del 2008 (vigésima primera) a la medida de sus intereses. El primer período fue un excelente líder aparentemente de izquierda que se reeligió con facilidad a un segundo mandato, ganó abrumadoramente en la primera vuelta, esto le subió los humos a la cabeza – como se dice coloquialmente- da rienda suelta a sus protervas intenciones, desenfrenó su ambición y como aprendiz de dictador captó todos los poderes del estado, empezó el abuso de poder, persecución tenaz a los fuertes detractores, enemigo del pensamiento y de la prensa investigativa, atacó a la Unión Nacional de Educadores, cerró varias organizaciones sociales, desfinanció el fondo de pensiones del IESS, causante con pecho abierto del fatal y violento 30S todavía en indagación previa, saqueo permanente de los recursos del Heraldo Nacional, incontrolable prepotencia de todos los que hacen alianza país o revolución ciudadana, movimiento creado por Correa para delinquir libremente formó una red de corrupción la más grande de todos los tiempos –“arroz verde”- yo modestamente creo que nunca saldrá a luz toda la podredumbre de sus acciones, es más, en un apagón de 20 minutos se ejecuta un fraude electoral que flagrantemente hace ganar las elecciones a su coideario Lenin Moreno Garcés, quien en poco tiempo y sin tener más salida que la traición empieza a romper el silencio de la gran corrupción de su antecesor Correa hoy prófugo de la justicia.

Conciudadanos, lo peor de toda esta trama de corrupción y desgracia nacional en cuarenta años de democracia, es que actualmente estamos gobernados por el ser más inepto de todos los

políticos mediocres que hemos tenido, este bondadoso y energúmeno a la vez, está destruyendo lo poco que dejó de bueno su jefe el célebre y oscuro personaje Correa.

Necesita el nuevo Ecuador una conducción política desde las aulas del bachillerato, la suerte del país está en tus manos joven compatriota, es hora de que la juventud activa e ilustrada se proponga sepultar para siempre estas prácticas politiqueras destructivas que mantiene al país al borde de un levantamiento civil; tenemos que empezar a editar la nueve historia que la nación merece, reformando esta tortuosa historia política de un grupo de honorables que hicieron lo que les dio la gana. Esta es la oportunidad que tiene la actual generación nacional para lograr construir el Renacimiento de la República, haciendo realidad los sueños del pueblo para conquistar el progreso con justicia, amor a la familia, al prójimo y a la Patria que está en peligro de auto destruirse.

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