“Jamás pude haberme sumado -por las evidentes diferencias y marcadas discrepancias- a una candidatura ligada con esta administración municipal ineficiente y clientelar, por ello, mi voto fue en contra de la moción proveniente de una mal llamada mayoría confeccionada a parches entre gallos y medianoche”, comentó Aníbal Fernando Bonilla al referirse a la designación del Vicealcalde, José Quimbo.
El Alcalde no debió inquietarse por el cambio de nombre para la Vicealcaldía, lo que debería preocuparse es en repensar el presente y futuro de Otavalo, algo difícil considerando las limitaciones profesionales y falta de compromiso de su equipo de trabajo. Lo único cierto, es que aquellos fantasmas seguirán rondando la casona municipal en el 2017, sostuvo Bonilla.