Por Fausto Giraldo
Guillermo Lasso salió por donde entró pero no de la misma manera, en el Parlamento fue una pieza incomoda durante el cambio de mando, como que no encajaba en la agenda y protocolos; en la mención de su nombre no atrajo ni el aplauso de su esposa que atónita miraba la indiferencia con que los presentes trataban al ex mandatario, es más, a su salida algún asistente gritó “Lasso nunca más”.
Era de entenderse el comportamiento en el legislativo, Lasso decretó la muerte cruzada y por tanto muchos de los legisladores cesados fueron reelegidos; así también, ya en el plano ciudadano sale con menos del 12% de popularidad o credibilidad gracias a 900 días de retórica sin ejecución de proyectos y políticas que permitan superar el actual estado de violencia, desempleo y crisis económica.
Por su lado, Daniel Noboa, mostró algunas escenas muy bien elaboradas por los estrategas: una familia unida, con mucha sensibilidad y amor por sus hijos, quienes en particular pusieron cierto toque, trajes corte aristocrático de su señora esposa y los niños, mostro una imagen que generó empatía con la población, se manejo muy bien las emociones como sugiere el marketing político.
Por otro lado, el discurso, también estratégicamente elaborado, tuvo pequeñas perlas pero que estás no abren el abanico de posibilidades para que “detractores” puedan construir narrativas para menoscabar al nuevo gobierno, aunque por la coyuntura y los acuerdos legislativos los opositores se verán limitados en principio hacer referencia al solo discurso si no hay pronunciamiento sobre las acciones presidenciales.
“Un presidente que responde a las nuevas generaciones, jóvenes que no permitirán la intromisión de viejas prácticas políticas, la composición del gabinete por jóvenes y mujeres demostrará que somos capaces de cambiar el Ecuador, no soy anti sino por Ecuador” entre otras líneas con las que Daniel Noboa busco posicionar su concepto de gobierno.
Rescato un fragmento particular de la corta exposición: “tengo claro que la violencia es una consecuencia del desempleo”, este si un razonamiento político objetivo, establece una hoja de ruta para todo su gabinete, la mayoría de ecuatorianos aspiramos que sea la principal preocupación del Nobel gobernante.
De su lado el mensaje del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Kronfle, fogoso al viejo estilo de la política tradicional pero muy conciliador, no hay mayores elementos que analizar, un discurso fríamente calculado con el interés de reposicionar a una institución que al menos en los últimos cuatro periodos no ha dado pie con bola y ha terminado, incluso, hasta por debajo del 4% de credibilidad.
Realizado el cambio de mando ahora se entenderá que el manejo de la gestión gubernamental y publica es distinto a lo privado, como dice nuestro pueblo “no es lo mismo con guitarra que con violín “; adicionalmente, con el pasar del tiempo se verá la durabilidad de los acuerdos de gobernanza en el legislativo con el ejecutivo, Noboa y si gobierno no debe pecar de ingenuo al creer que la revolución ciudadana y el socialcristianismo van a ser “fieles” hasta los últimos días, pues en febrero se convocará a nuevas elecciones y todo el accionar de estas y otras fuerzas políticas, incluida la presidencial, utilizarán todos los escenarios posibles como vitrinas y trincheras políticas.