Por Raúl Chávez
Experiodista acreditado ante la ONU-Ginebra.
En la década de los años 90 el movimiento indígena salió a la palestra y se convirtió en uno de los referentes sociales y políticos en el país, resumiendo, cuestionó su modelo de desarrollo excluyente, racista, hegemónico. En el año 2008 con la nueva constitución el Ecuador se convirtió en un “Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural y pluricultural”.
La constitución reconoce y garantiza el derecho a la protesta social y al derecho a la libertad de expresión, sin embargo, la protesta social no siempre fue bien utilizada; la mayoria de veces sirvió como plataforma para fines puramente políticos y de intereses de cierta oligarquía económica y política. Por un lado, la expansión de ideologías y políticas comunitarias y por otro de una ideología neoliberal que se extendió con sus enormes tentáculos en “sociedades reales” a través las redes sociales, y en los mercados globalizados, propiciaron a crear un “sujeto personal” una “identidad contemporánea” con resistencia y libertad. L. Dubreuil, reflexiona a este “fenómeno grave”, afirma que la política de las identidades contemporáneas han instaurado un nuevo despotismo al ponerla en el nivel de cualquiera, ocasionando que cada identidad se genere a sí misma, se conozca y se reconozca en los rasgos que se establecen como “los propios”, sin ser discutida y gozando de derechos exclusivos (incluidos los de reducir al silencio a quienes no coinciden)”.
En la actualidad; las “redes sociales” son la plataforma ideal para la expresión coordinada de aquello que otros autores llaman los “micro-fascismos”- se refieren al hoy de nuestras actitudes que pueden asumir un sesgo en el que el otro, como diferencia, es visto como una amenaza y, por tanto, evitado – nos han lavado el cerebro que el fin de la política es el bien común; de la libertad individual o colectiva- todo esto, trae consigo aún más la creación de espacios o divisiones más radicales logrando multiplicar incesantemente la reivindicación identitaria, se desarrolló el concepto de “safe spaces” – espacios protegidos para ciertos individuos, agrupación, genero, “raza” una cultura, una forma de pensar- La idea de “identity politics” según el mismo autor, es una forma de despotismo, determinismo, cierta retorica para silenciar a una mayoría- lo que ocurre actualmente en el país. Spinoza filósofo de origen portugués, afirma que “ la actividad más importante que tiene un ser humano es aprender para entender, porque entender es ser libre, otorgarle un valor trascendental a la libertad, la misma que nace de la razón, del entendimiento, todos tenemos la calidad inherente de ser y pensar diferente, por lo tanto, es necesario que el mundo reconozca y respete las individualidades, pues la imposición de un único pensamiento seria contra natura, se le debe conceder la libertad de juicio, puesto que es una virtud y no puede ser oprimida”. Esta pequeña declaración es a favor de la diversidad de pensamiento en toda sociedad democrática. No confesemos nuestra ignorancia….