Por Jaime Salazar P
Alfonso Espinosa de los Monteros, un ibarreño conocido ampliamente a nivel nacional por su larga perfomance en el noticiero “Televistazo” que transmite ECUAVISA.
Desde 1967 está enraizado en la pantalla chica, su imagen es ya tradicional en el Ecuador; las canas aparecieron hace rato, pero han sido disimuladas como queriendo detener el tiempo.
Hablamos sobre sus inicios en la radio.
¿Cuántos recuerdos le trae la ciudad de Ibarra?
Los mejores recuerdos de mi vida, en Ibarra están las mejores épocas, como son de la niñez, la juventud, cuando uno está lleno de ilusiones, de proyectos, se forja metas; cuando uno tiene los amigos más cercanos, los sentimientos más puros, en fin, cuando la vida es más grata; Ibarra pesa mucho en mi vida.
¿Cuándo se inclina por el mundo de la radio?
Creo que esto es una vocación natural que lo heredamos junto a Gabriel de nuestro padre que fue un pionero de la radio a través de “La Voz de Imbabura”; después trabajó en radio Equinoccial; luego se fue a la ciudad de Guayaquil, para esa época yo era estudiante del Colegio Teodoro Gómez de la Torre y ya sentía esa vocación.
En unas vacaciones, al haber terminado quinto curso del colegio, fui a Guayaquil y en radio Católica empecé formalmente mis actividades en la radio. Después regresé a Ibarra para acabar el bachillerato, no pude dejar el micrófono, entonces trabajé en CRI, Centro Radiofónico de Imbabura, ahí estuve dos años seguidos. Volví a Guayaquil, pasé por algunas emisoras, hasta que en 1967 vino la televisión hasta la presente fecha.
P.¿Ibarra ha crecido bastante en estos últimos años?
- Como no, yo salí de Ibarra el 14 de noviembre de 1962 era un sábado en la tarde. De esa ciudad pequeña que yo viví a la de ahora, hay una diferencia bastante marcada; cuando vuelvo por Ibarra encuentro nuevos barrios, lugares muy bonitos y por supuesto esas zonas rurales que antes en mi infancia eran como lejanas, les veo ahora incorporadas a la ciudad.
También veo mucha gente nueva, mucha migración, los ibarreños de verdad son muy pocos frente a una fuerte migración que se ha dado en otros lugares del país, incluido de Colombia. Sin embargo, Ibarra sigue conservando ese encanto de una ciudad pequeña, provinciana que guarda un ambiente agradable, sencillo, donde la vida transcurre en forma pacífica, así quiero verla.
¿Cuáles son los ritmos que gustaban a finales de los cincuenta e inicios de los sesenta, en su juventud?
La década del cincuenta es la época en la que madura el bolero, pero a finales de ésta se produce un cambio de música por la influencia de los ritmos americanos y surge lo que se dio en llamar “nueva ola” que explota en el año 1960.
De esa época recuerdo la música combinada entre el bolero tradicional, latina, de sabor caribeño mexicano- argentino, con esa música de influencia americana que había empezado a nacer.
En la línea de boleros yo admiraba mucho a cantantes mexicanos como Pedro Infante, Javier Solís, todos ellos estaban de moda, pero después vino la música americana y en Ibarra en C.R.I. solíamos imponer las canciones de Paul Anka, Neil Sedaka, Elvis Presley y de todos los rockeros mexicanos de la época: Enrique Guzmán, Alberto Vásquez, Manolo Muñoz, Angélica María, César Costa.
También estaba la música colombiana que en Ibarra ha tenido una influencia muy fuerte, las emisoras de ese país se escuchaban con tan buena señal como las emisoras locales y podíamos escuchar las cumbias, las gaitas y desde luego la música romántica de Lucho Ramírez.
Parece que la década del sesenta marca un hito en la historia de la música
Así es, en la historia de la humanidad diría yo. En los años sesenta se producen grandes cambios en el aspecto sicológico de la juventud y en los resultados sociológicos; los jóvenes empezamos a romper un poco los esquemas de la anterior generación y a buscarnos nuevos horizontes, es una época en la que todo tenía sabor a cambio.
Allí surgieron los Vétales con una característica tan especial de hacer e interpretar la música, al punto que llegaron a convertirse en el fenómeno más grande del siglo veinte.
¿Usted alcanzó llegar al número uno con un disco que grabó en 1971?
En principio me resistí a grabar ese disco, pero finalmente acepté, guiado por mi gusto escogí la canción de Engelbert Humprendick “Toma mi corazón” y el reverso que se llamaba “Tuyo hasta mañana”.
“Toma mi corazón” estuvo varias semanas en primer lugar en las emisoras, incluso la canté en el programa de televisión de Bernard Fougers. Siempre canto en familia, con mis hermanos, con Gabriel, pero lo hacemos para pasar bien y nada más.
¿Alguna entrevista especial que recuerde?
Son tantas entrevistas que he realizado a políticos, a cantantes que es difícil, pero no olvido las que hice a Raphael, Julio Iglesias, Mona Bell, Roberto Ledesma, Enrique Guzmán , Los Iracundos, el Pollo Fuentes; la que más recuerdo es aquella que hice con Angélica María, ella estaba muy de moda por la telenovela “Muchacha italiana viene a casarse”. Recuerdo una entrevista que hice con Silvia Pinal quien vino al país para hacer la película “24 horas de placer” en la que participó Mauricio Garcés y Joaquín Cordero. (Foto, El Orito.com)