Abelardo Morales un hombre identificado con la radio, realizaba libretos para dramatizaciones, eran los años cincuenta, cuando en Ibarra apenas había dos emisoras de radio: “La Voz de Imbabura” y “Equinoccial”, pero en estos tiempos era una novelería escuchar a este medio de comunicación, muy rústico, no existía la tecnología actual y todo había que hacerlo manualmente con la creatividad de los locutores y operadores.
Abelardo con 66 años a cuestas respondió de la siguiente manera a las inquietudes del periodista.
¿Cuáles eran los atractivos turísticos que tenía Ibarra en los años cincuenta y sesenta?
Se dice que Ibarra es una ciudad turística, yo no he sido partidario de que Ibarra haya tenido atractivos turísticos, la prueba es que nosotros somos una ciudad de paso. El único atractivo que hemos tenido es la laguna de Yahuarcocha, en ese entonces era una atracción darse una vuelta por la vía de circunvalación, hoy el autódromo.
¿Cómo eran esos tiempos?
Fíjese que no teníamos estadio, ni coliseo, había una piscina donde hoy funciona el levantamiento de pesas, había la piscina de los hermanos cristianos y el estadio de arena, donde hoy es la policía.
¿Entonces cuál era el atractivo turístico de Ibarra?
En la gastronomía, por ejemplo: San Juan Calle con la chicha de jora, los chorizos, las tortillas, la caucara, el canguil, las morcillas, por acá las nogadas, el arrope de mora, los delicados, el pan de leche.
Recuerdo que la mora de castilla la sembraban en cada casa, por aquel entonces había dos o tres casas por cada cuadra y cada una tenía sus matas de mora para hacer la mistela y para el arrope y como había bastante tocte hacían las nogadas. Por ahí estaba el turismo antes de que por el entorno.
¿Pero cómo era Ibarra, tal vez un remanso de paz?
Fíjese Jaime, en aquellas noches era interesante la ciudad de Ibarra, uno andaba tranquilamente por la ciudad, sin que nadie le moleste y todo en armonía, nos conocíamos los ibarreños, saludábamos entre nosotros y es que esto se explica, porque Ibarra era una ciudad pequeña, la ciudad llegaba hasta el Sindicato de Choferes y pare de contar; por el lado sur hasta la calle Colón, por acá teníamos la Mejía y el derrumbo que se le conocía, donde yo vivo y pare de contar.
En el año 50 el censo nos señala que tenemos en Ibarra, 25 mil gentes.
¿Cuál es la diferencia entre lo que se hacía antes y lo que se hace hoy en radiodifusión?
Se han dedicado más al aspecto comercial, a la música rockolera, programas de carácter cultural son mínimos, lo que me llama la atención es que todas las radios se han dedicado a los espacios deportivos.
Pero la radio ha mejorado en cuanto a sonido, a calidad por la tecnología.
La calidad de la radio depende también de la calidad del receptor, porque ahora hay receptores digitales, tengo la idea de que la radio no podrá desparecer y seguirá siendo el medio de mayor popularidad de divulgación para quienes reciben mensajes. La televisión tiene a gentes cautivas, pero la radio tiene mayor cobertura, mayor agilidad.
En radio, si la calidad del programa es excelente, no necesita la imagen, la prueba son radios muy cotizadas en Europa como radio Nederland, dígame quien le ha quitado el imperio a la BBC de Londres, no le ha quitado nadie por más cadenas de televisión que haya vía satélite, contra satélite.
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