Por: Marco Flammarión Meneses. Arcano9192@hotmail.com
La crisis y la corrupción siempre acompañaron a nuestra nación desde su fundación, fue un océano de pasiones políticas y religiosas las que hasta ahora tienen secuestrado el pleno desarrollo del pueblo.
Los políticos ecuatorianos se ganan la medalla de oro a la impunidad, no existe ley que castigue las oscuras acciones de estos delincuentes de cuello blanco y sin conciencia intelectual. Parece que a Ecuador le faltasen hombres de talento y virtud en épocas cruciales como en la década pasada, estoico y petrificado el ecuatoriano no pudo frenar a un gobernante “anti yanqui”, apareció con gran placer irónico de salvador de la Patria de las manos sucias de la “partidocracia”, – políticos miopes y oportunistas- sin liderazgo estable se sucedían uno tras otro.
Su peculiar característica fue la pedantería, el odio y persecución a quienes lo contradecían. Utilizó una filosofía revulsiva que nos encaminó más a la destrucción que a la construcción y perfección institucional; modestamente pienso que en su afán de superación con una mentalidad en desventaja social y económica, incubó un deseo de rapiña y dominación de las ciencias económicas y el poder político central; pertenece a la desprestigiada y moribunda economía del socialismo del siglo XXI, una economía sin duda corrupta, derrochadora e insensata.
El célebre político mafioso, hoy prófugo de la justicia, es acusado de: secuestro, crimen organizado, peculado, enriquecimiento ilícito, asociación para delinquir, etc., etc. Lo despreciable de este político esquizofrénico es que contaminó a su gente más cercana enseñándoles de que nunca pierdan de vista sus propios beneficios y rechacen rotundamente todos los sentimientos nobles y generosos porque les parecía a él faltos de utilidad práctica, así empezaron a perseguir y expropiar patrimonios de decenas de organizaciones sociales en todo el país, una de ellas fue “El Arcano” de la ciudad de Ibarra que fue incautado todos sus bienes adquiridos durante un cuarto de siglo de trabajo honesto y ejemplar, por lo que ha nombre de todos los mártires de la prepotencia y arbitrariedad de los secuaces de la Revolución Ciudadana, exigimos la pronta reparación integral de sus derechos humanos vulnerados.
La dictadura del Correismo con su aberrante líder a la cabeza, no tiene parangón, asfixió totalmente a la oposición, a los intelectuales, médicos, periodistas, medios de comunicación privados, profesores, militares, policías, trabajadores, campesinos y artesanos, todo el pueblo prácticamente rechazará a ese grupo maquiavélico que no tuvo más tiempo para acabar con el país, fueron diez largos años que sufrió la gente decente, quedando secuelas de este terrible flagelo. No olvidemos que todavía existen residuos infestos os que deben ser separados del gobierno de Lenin Moreno, aunque éste es de la misma tienda política, parece que quiere coger otro rumbo diferente para poder salir del inhumano proyecto político económico de la desaparecida aplanadora dictatorial.