*Fausto Giraldo
Visité recientemente las ciudades de Tulcán en Ecuador e Ipiales en Colombia, a propósito de la apertura a la movilidad en el puente de Rumichaca frontera entre los dos países, mi objetivo pasear en tiempo libre del trabajo. En este pequeño recorrido, en calidad de pasajero, encontré aspectos en el orden económico y productivo que quizá deberían ser considerados por quienes gestionan el gobierno local de nuestra hermana ciudad fronteriza.
He de señalar el tema de calidad en relación con la prestación de servicios alimenticios, hoteleros, sanitarios y de transporte; la presentación y aspecto de los establecimientos y empleados; la calidez, calidad de atención y cordialidad; menajes, vajilla, emplatado, preparación y presentación de alimentos; la higiene y sanidad, entre otros elementos relativos a la calidad pues a mi juicio, no todos pero si su mayoría, dejan mucho que desea y pueden ser limitantes para que los viajeros hagan uso de las instalaciones y servicios.
Los costos de los servicios no se compadecen con la realidad, el viajero y turista preferirá consumir en lugares que reciban calidad y pagarán por ello, por ejemplarizar: mientras en otras ciudades del Ecuador y en Ipiales, el servicio, oferta de productos, componentes, entre otros es mucho mejor, los costos son iguales o inferiores a los que se registran en Tulcán. Esto también en relación al transporte y servicios sanitarios públicos.
De otro lado, durante este recorrido, constaté que los costos de productos, en particular vestidos, en Ipiales eran más elevados que los fijados en Ecuador, ropa y calzado que se puede adquirir a menor precio en el país y por mayor cantidad, en Ipiales tenía valores hasta el triple, sin embargo esa ciudad tiene cautivada a los ecuatorianos quienes no se quedan en Tulcán, Ibarra u otras ciudades para hacer su turismo de compras pese a ser más económico. Quizá se deba a lo antes señalado en cuanto a calidad de servicios.
De lo que antecede considero que hace falta a nuestra hermana ciudad diseñar una estrategia territorial de productividad en el ámbito comercial y turístico, que incluya el fortalecimiento de capacidades, negocios, servicios, comercialización y promoción que parta por el establecimiento de una mesa técnica participativa e incluyente con todos los actores y se articule a todas las entidades de gobierno descentralizado y dependiente del ejecutivo nacional, capaz que se pueda sostener e irrumpir de forma planificada y adecuada frente a la apertura fronteriza y la competencia comercial.
Cabe señalar, no es una cuestión de contratar “consultores”, aquellos supuestamente expertos que han elaborado planes de esta naturaleza en otras ciudades pero cuyos resultados no están a la vista, es una cuestión más bien de liderazgo institucional, decisión política, asesoría y acompañamiento técnico y sobre todo participación de los actores ejecutores de la actividad productiva.