Por Amable Gonzales
En buena parte la culpa de la crisis política que vive el país, y de la calidad de representantes que tenemos en los gobiernos seccionales, en la Asamblea Nacional, es responsabilidad de nosotros los electores, porque seleccionaron mal al momento de sufragar o porque la fórmula de repartición de escaños, muchas veces es injusta y hace que lleguen personas que no fueron votados por el gran elector, entonces no hay la tal representación en una democracia engañosa.
También los requisitos para ser candidato han fallado, debería existir una reforma que permita que lleguen a los poderes seccionales, a los gobiernos locales, las personas con méritos, con un mínimo de experiencia, con algún título profesional, porque resulta que para otros ámbitos se les exige PHD o títulos meritocráticos, pero para ir a estas representaciones no se exige nada.
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Incluso los ecuatorianos recordarán que un diputado se graduó de bachiller mientras desempeñaba su tarea de legislador. Otro de los cambios que tiene que existir, es el referente a que lleguen a los cargos, no por fórmulas, no por arrastre, sino por la vía directa que quiso el elector, no puede ser que lleguen dignatarios que nosotros no hemos elegido, sino que la ley le permitió o la fórmula electoral.
Los dignatarios, quienes nos representan deben ser las personas mejor preparadas, con capacidad de conocimiento, con ética de comportamiento, que rindan cuentas al pueblo de sus actos, que presenten proyectos e iniciativas y una carta de comprometimiento y si ésta no ha cumplido que renuncie inmediatamente a su cargo.
Es cierto que algunos llegaron con gran cantidad de votos de respaldo, pero luego aparecen un millón de arrepentidos, por ello, para las elecciones del mes de febrero del próximo año debemos informarnos de quiénes son los candidatos, para que no nos metan gato por liebre, premiarlos o castigarlos en las urnas, todo de acuerdo a sus antecedentes, si han cumplido o no; conocer sus propuestas discutirlas. Es nuestra responsabilidad de lo que pasa en el país, ellos no van a cambiar, nosotros debemos propiciar el cambio, aunque el tema es difícil.
