El hecho ocurrió al interior de una entidad municipal de Ibarra, cuando se desapareció un aparato telefónico que su dueña había depositado en el escritorio de un funcionario público.
La dirigente de la comunidad de La Rinconada en la parroquia de Angochagua fue a realizar un trámite en una entidad pública de Ibarra, mientras estaba conversando con un funcionario, dejó su celular en el escritorio y en pocos instantes ingresaron unos niños a vender caramelos, ella se descuidó por corto de tiempo y al querer tomar su teléfono ya no había, desapareció como por encanto.
Buscó por todo lado y no encontró ni a los vendedores ambulantes, ni al celular, preguntó por las cámaras de video de la institución, pero no había y se resignó a perder su aparato.
Este hecho refleja que ingresar a vender productos en una entidad pública no es difícil en la ciudad de Ibarra, ciertos malandrines se disfrazan de vendedores y aprovechan las circunstancias para sustraerse objetos.

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