Fausto Giraldo
• Primero, precisa que antes de emitir una opinión nos despojemos de posiciones que representen el fanatismo en favor de una u otra posición, no es una cuestión de “correismo o lassismo”; es adecuado comprender que cada ser humano asume una posición política que le identifica, a unos con el gobierno y los grupos que le rodean, y a otros con los indígenas y sectores que los apoyan.
• ¿Legitimidad del paro?, desde luego que cabe señalar: cuándo el “Correismo” estuvo en el poder, para quién hoy gobierna el paro era legítimo y la “revolución ciudadana” criminalizaba la protesta social; en la actualidad sucede lo contrario, para el “Lassismo” no es legítimo y para los correistas si.
• Esto solo evidencia que esos dos sectores, “correismo y lassismo”, tendrán las mismas posiciones mientras estén o no en el poder, porque son sus intereses ocultos los que les mueve y no el interés de sus habitantes.
• Una acción de hecho se legitima por dos razones: el motor y los objetivos, pese a que incluso se pudiesen descubrir en ciertos líderes del movimiento intereses ajenos, personales y particulares a los que la “base” tiene y que pueden ser: a) responder a una orientación desde algún poder, b) manipular a la masa para negociar beneficios personales, familiares o grupales del régimen, c) posicionamiento político para elecciones futuras.
• El Motor constituyen las realidades socio económicas y políticas que la mayoría de habitantes y más los excluidos tienen que soportar en cuanto a su calidad de vida: desempleo, inseguridad, incremento de los costos de los productos de primera necesidad y combustibles, falta de acceso a educación y mala calidad, falta de acceso a la salud y dotación de medicinas, falta de cobertura de seguridad social y relaciones laborales inadecuadas de inestabilidad y bajos salarios frente al costo de vida, inequidades sociales en los servicios, vías, carreteras, infraestructura necesaria para el desarrollo de los territorios. Ningún ecuatoriano puede decir que esto no existe en la actualidad.
• También constituye un motor el alto nivel de corrupción que existe en las autoridades e instituciones en todos los niveles, no de ahora sino de un acumulado en la gestión pública y que empobrece al territorio; con el dinero de la corrupción se puede lograr el acceso a lo señalado en el párrafo que antecede. Parte de este proceso de corrupción es el reparto y la troncha, la pugna política y el desmedido deseo y “hambre” por controlar las instituciones del Estado. Es otro elemento que también es objetivo y existe en la actualidad.
• Un motor es la política económica de un gobierno: mayores impuestos que ahogan a las clases medias y exterminan a las clases bajas, mayor endeudamiento externo y pago puntual de las obligaciones con los organismos multilaterales en desmedro de la no solución a problemas fundamentales de la población en el país y bajo compromisos como la reforma laboral para precarizar las condiciones de los trabajadores y la privatización, no solo de áreas estratégicas de la economía sino también de sectores importantes como en el caso actual el banco del Pacífico.
• El Objetivo, en tanto implique detener políticas antisociales, arrancar la inversión pública en los elementos de vida como empleo, educación, salud, vivienda y alimentación; combatir la corrupción y garantizar la seguridad, defender la soberanía y la propiedad del Estado sobre las empresas estratégicas, es correcto; más sin embargo, como mencioné en principio: si los objetivos son los intereses ocultos, estos deslegitiman la movilización.
• Un aspecto importante es que tenemos un gobierno con identidad política e ideológica plena, es de derecha, responde a un sector de los empresarios, principalmente relacionados con la banca e industria, gobierno que también tiene confrontación con el otro sector de la derecha que representa al comercial, industrial y agroindustrial. Régimen débil por su conformación con “figuras” tecnócratas que desconocen de gestión política, incluso por ello es que aún algunos ex funcionarios “correistas” se mantienen en puestos buricraticos. Es un gobierno sin experiencia en articulación política y negociación, “el país del encuentro” y los diálogos son estériles porque no hay oídos que escuchen y que las demandas sociales se reflejen en políticas públicas que constituyan alternativas de solución a los plateamientos de los indígenas y que son argumento para el “Paro”.
• El comportamiento mestizo frente al paro: aquellos que tienen una opinión contraria no la considero adecuada, representa mucho al pensamiento colonial, racista y discriminatorio, excluyente e inequitativo, con sus comentarios y opiniones, utilizando términos peyorativo de menospreci y considerarse “superiores” no hace otra cosa que desconocer incluso el contexto de su propia realidad.
• No es posible que, a título del derecho, quienes tenemos un empleo fijo, un negocio, ingresos económicos que permiten satisfacer las necesidades, comparemos con las condiciones de vida de los pueblos indígenas, los trabajadores y desempleados de la ciudad, con quiénes ni siquiera perciben pagos justos por los productos cultivados en las duras tierras de los elevados paramos.
• Solo por ejemplarizar: la funda de leche hoy cuesta entre 0.95 y 1 dólar, ¿Sabe usted cuánto le pagan por de leche cruda a los campesinos?, no pasa de los 0,30 centavos en el mejor de los casos. Y resulta que quien acuña la frase “queremos trabajar “ son quienes compran la leche en irrisorios valores, la ponen en fundas y las venden en mayor costo. Se dirá que su valor es producto de un proceso, seguro si, pero, siendo tema de otro análisis diría: “los que venden la mano de obra y son explotados por los empresarios, se sienten más “empresarios” (valga la redundancia) y son los que reproducen el “Queremos Trabajar”, lo que no dicen es que los empresarios ganan mucho más y los trabajadores tienen congelados sus ingresos que no alcanzan.
• Mientras no se hayan resuelto los problemas de la población y satisfecho sus necesidades, este paro no será el único en el presente gobierno y en los que vengan, en economía política se habla de una “crisis cíclica” que se dará de periodo en período y por tanto serán crisis sociales, económicas y políticas que afectarán al país, por tanto hoy en día muchos que se oponen a la paralización, en el futuro estarán en las calles y a su vez unos cuantos nuevos ricos que se benefician de las luchas sociales posiblemente estén también del otro lado, en contra los paros.
• No se trata de acostumbrarnos sino de generar procesos reflexivos que nos conduzcan a entender mejor nuestras realidades, en el marco de la solidaridad, a construir una sociedad distinta que no precisamente es un nuevo sistema, porque los sistemas oprimen, sino un modo de vida de compartir, de cooperación mutua, de participación democrática y con profundo respeto. De mirar desde el otro lado, de todos los lados el bienestar común.