Por: Flammarión Meneses arcano9192@hotmail.com

Que grandes y sencillas son las palabras de HOMERO: “son incomparables los sentimientos y pasiones de la humanidad”, este genial poeta invidente de la antigua Grecia, autor de las famosas novelas – la Ilíada y la Odisea-, así como los inmortales himnos de Apolo, Afrodita, etc., nos enseña a traspasar de lo individual a lo universal y a lo etéreo; recibe una buena influencia de éste para cientos de generaciones en favor de la literatura universal. La iglesia, dueña y señora del pensamiento occidental, institución milenaria, de ella hemos heredado la humildad, la pobreza, la inequidad, el engaño y una paz efímera por exceso de corrupción e impunidad, fomentando como corolario la ignorancia de su pueblo; el gran invento del judaísmo del “paraíso del alma inmortal”, se rinde ante la opulencia del Vaticano que crea un Banco para receptar dineros mal habidos de gobiernos corruptos del socialismo del siglo XXI. Respetable lector, tú decides porqué lado te inclinas?

Recordemos un poco la historia y veremos que América india ha sido maltratada desde su misma conquista, el tormento de su existencia no frenó con la vida republicana, aunque la ambición y prepotencia de gobiernos de turno en el cono sur, inspira a los artistas e intelectuales a mediados del siglo XX a pensar profundamente sobre el futuro de su América; asunto que no le gustó al imperio YANQUI, que impone dictadores que asuman todos los poderes concentrados en “Juntas Militares sangrientas”, casi en toda América Latina se reprimió tratando de borrar al mínimo el pensamiento de izquierda revolucionaria que contagiaba Fidel Castro y Che Guevara, cuando derrotaron al dictador Fulgencio Batista en Cuba en 1959. Sin embargo esa suerte no tuvieron los países de Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Chile, Ecuador, Colombia, etc., donde las juntas militares no permitieron que se desarrolle el naciente socialismo y combatieron a sangre y fuego a miles de patriotas que ofrendaron sus vidas por tratar de conquistar el bienestar de sus pueblos.

En la última década del siglo XX, emerge de la miseria e ignorancia, un militar despreciable que con odio traumático deforma el pensamiento progresista en el pueblo bolivariano de Venezuela, el coronel Hugo Chávez Frías, afianzaba su tendencia con Ernesto Kirchner en Argentina, Ignacio Lula da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua y en el 2007 el PhD Rafael Correa en Ecuador, estos países formaron parte del nefasto y moribundo socialismo siglo XXI; Chávez era el líder que representaba el nuevo enemigo de EEUU; para entonces el precio del crudo escalaba en una indetenible curva ascendente y Venezuela con la mayor reserva de petróleo del mundo empezaba a saborear el boom petrolero de su historia, ya en el 2002 fluctuaba sobre los 90 dólares el barril y a veces sobrepasaba los 100 dólares en el 2008 y 2013. Ecuador también petrolero aunque a pequeña escala, se benefició de los petrodólares; el “excremento del demonio” como se lo conoce vulgarmente al “oro negro”, produce un efecto permisivo y descarado con la corrupción que se genera en los países de la región, aglutinados en un socialismo del siglo XXI perverso, estos dictadores sanguinarios lamentablemente aún sobreviven en Venezuela con Maduro, Nicaragua con Ortega y Argentina con Fernández.

Está demostrado hasta la saciedad y no podemos negar, nuestra América es un volcán en ebullición, con políticos fracasados, obsoletos, inservibles; la flama está encendida en la región, parece que estamos en el preludio del nacimiento de una nueva sociedad unificada; el futuro no tiene otra salida para el atrasado pueblo latinoamericano, los líderes visionarios del tercer milenio inspirarán a las masas a aprender a caminar juntos con el pueblo y los hermanos indígenas como principales actores para vencer las adversidades con mayor facilidad, tenemos que empujar la nación sin racismo ni revanchismo, obligados todos los ciudadanos especialmente los intelectuales a dar el

salto definitivo hacia el desarrollo del pensamiento sólido de una gigante nación autosuficiente como ya soñaron varios próceres de la historia – una poderosa patria altiva y soberana -¡ESTADOS UNIDOS DE AMERICA DEL SUR!

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