Por Amable Gonzáles

El momento que vive el país, es de honda consternación por lo que ocurrió en la costa ecuatoriana el pasado 16 de abril, nos solidarizamos con nuestros compatriotas que están sufriendo la pérdida de sus familiares, sus casas, negocios, a consecuencia de este terremoto.

No se sabía si se activaron los COES, no había quien lidere la emergencia en Imbabura, luego salió el Vice a decirnos que calma y calma, mientras el alcalde de Pedernales informaba a Teleamazonas que la ciudad está colapsada, que estaban caídas las casas, que estaba todo destruido, recién nos dábamos cuenta que era un verdadero terremoto de 7.8 grados.

¿Dónde estuvo AER, dónde estuvieron los líderes, la Secretaría de Riegos?, todos en tinieblas. En cambio, ahora nos saturan con bastante información, todo el noticiero para hablar del desastre, ni tanto, ni cuanto, ya sé que se debe informar desde todas las aristas, pero ellos están compitiendo a ver quién da primero la primicia, la exclusiva, quien entrevista primero a un rescatado, es un morbo informativo que busca subir el raiting.

Una locutora de televisión a nivel nacional, narraba los hechos como que si se tratara de un partido de fútbol o de un espectáculo, hablaban de un puente afectado en Guayaquil y no decían que lo grave estaba en Manabí, Pedernales, qué pena, la prensa sensacionalista en su máxima expresión.

Para épocas de crisis, de terremotos, debemos tener un colchón, dineros contingentes para atender estas emergencias, una alcancía para épocas como éstas para no estar pidiendo recursos al exterior y seguirnos endeudándonos con China, siempre es bueno guardar algo.

Tampoco hagamos alarde de las entregas, de los aportes, tomarse fotos descargando, apoyando a los damnificados, se ve feo, es horrible, alguien dijo que la solidaridad es buena cuando no se sabe el nombre de los autores del gesto, lo contrario es marketing, es pensar en las elecciones. Que no sepa tu mano derecha, lo que hace la izquierda.

De la forma como conduzca el gobierno esta crisis producto de estos factores, falta de recursos y movimientos telúricos, dependerá que continúe o no en el 2017. Debe haber más austeridad en el gasto público, gasto corriente, que los legisladores se bajen por solo esta vez el sueldo uno mil dólares durante un año, igual, los prefectos y alcaldes que ganan mucho, los concejales, ya basta de tanto derroche, es momento de ajustarnos todos los cinturones, no solo los de abajo.

Las imágenes son tristes y crueles de hermanos ecuatorianos damnificados pugnando por obtener algo de comer, un poco de agua, un algo de la contribución, mientras que en otros sectores públicos, no sienten en carne propia esta crisis, esta emergencia, noto que hace falta más conciencia de lo que verdaderamente está ocurriendo allá en la costa ecuatoriana.

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