Mauricio Larrea Andrade, recuerda que en su etapa de parlamentario le ocurrió una anécdota que le sorprendió, porque refleja la forma en que se manejan los políticos.
Señaló que un diputado le decía cualquier cantidad de insultos a otro colega, pero luego de terminada la acalorada sesión del Congreso, salieron al pasillo, se dieron la mano amablemente y el uno le dijo al otro, “discúlpame lo que te dije, pero eso era lo que tenía que decir, mejor vamos te invito a un café”.