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En cada rincón del Ecuador, quizá de la mayor parte del mundo, los habitantes que obtienen su dinero y sus bienes a través del esfuerzo y sacrificio diario al que se lo llama empleo o trabajo piden mano dura en contra de la delincuencia.

La delincuencia es una consecuencia de dos elementos: 1. La falta de fuentes de empleo, y 2. El deterioro de la calidad social llámese “valores” de comportamiento.

En estos últimos días en Ecuador se han producido hechos violentos de transgresión a la propiedad y vida que son más visibles porque existe cierta influencia de la información, sin embargo estos hechos existen desde hace muchos años atrás y que se los ha ocultado a fin de no disparar las estadísticas de su crecimiento.

El pensamiento xenofóbico ha ligado la relación delincuencia y violencia delincuencial a los migrantes del momento, venezolanos, desnaturalizando que antes de suceder la masiva movilidad de los pobladores del país vecino también existían el mismo tipo de hechos con los connacionales, solo no eran visibilizados en la magnitud que se lo hace ahora.

El gobierno ha creído, junto con asambleistas, que reformando la ley de migración se puede reducir el hecho delictivo y a su vez a manera de “cacería de brujas” se ha iniciado con un control migratorio. Eso no es una política migratoria y de movilidad.

La delincuencia y sus formas no tiene nacionalidad ni país, como señalé es una consecuencia de deterioro social y el desempleo, sin embargo las acciones no deben ser momentáneas sino políticas desde el Estado y las entidades de control y seguridad respectivas.

Definitivamente la Ley debe cambiar, no es posible que personas que delinquen y tienen registros de detención incluso por ataque a la integridad en cantidades impresionantes de hasta 30 o 40 veces sigan utilizando la ley y el argumento de derechos humanos para seguir en libertad, la ley debe poner mano dura ,como norma a jueces y organismos de justicia.

Así mismo el delito flagrante debe ser castigado con mayor fuerza y siempre que haya evidencias para que los agentes uniformados no actúen sobre la base de sus criterios, a veces incluso de sus venganzas personales, aplicando todas los conceptos de seguridad y vida expuestos en los tratados, acuerdos y documentos internacionales e internacionales.

Profesionalizar a la policía no implica exclusivamente dotarle de armas u otros implementos, implica trabajar en las mentalidades, en sus capacidades cognitivas y físicas y a su vez en equipamiento que recupere evidencia de delitos.

Es importante hacer una mejor y mayor intervención en seguridad por parte de los órganos de control, las entidades conocen y saben de los puntos calientes, los mercados populares son uno de ellos, debe realizarse un permanente seguimiento de quienes están allí encubiertos como comerciantes y haciendo daño tanto a la gran mayoría de familias que tienen su medio de empleo en estos lugares así como a aquellas que acudimos a adquirir productos.

“Cuando te sucede allí si intervienes”, así se suele decir cuando se es afectado por un hecho, pero si se puede afirmar que desde hace rato he mencionado la.necesidad de implementar verdaderas políticas de seguridad ciudadana, de mayor articulación entre los responsables y coordinación con la ciudadanía.

En fin, es necesaria mano dura para combatir la delincuencia, venga de donde venga.

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