Por Raúl Chávez Experiodista ante las Naciones Unidas-Ginebra
El discurso retorico de la clase política previo a la instalación de la flamante asamblea elegida por el pueblo, ha sido direccionada bajo el argumento de buscar “la gobernabilidad” del país, en hora buena si se trata de esto, este argumento sirve a los próximos honorables, buscar una mayoría para elegir a las autoridades de esta institución, presidente de la asamblea, a los miembros del Consejo de Administrativo Legislativo (CAL) y a los diferentes asambleístas que presidirían las diferentes comisiones legislativas. La famosa palabra “gobernabilidad” serviría igualmente para formalizar acuerdos programáticos con las diferentes bancadas en la nueva asamblea para futuros proyectos de leyes. En definitiva, que significa la famosa palabra “gobernabilidad”, A. Camou, plantea una definición amplia de gobernabilidad “un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas societales y la capacidad del sistema político (estado/gobierno) para responderlas de manera legítima y eficaz”, la gobernabilidad sería una acuerdo programático entre las “élites” este acuerdo se deben basar en (…) en torno a tres ámbitos principales (…) el nivel de la cultura política (…) el nivel de las reglas e instituciones del juego político (… ) y acuerdos en torno al papel del Estado y sus políticas públicas estratégicas”, según Camou, en el pensamiento político de la región se hizo y se dio más énfasis a la gobernabilidad que a los de gobernanza, si bien es cierto es que entre las dos hay similitudes y diferencias, la primera la gobernabilidad “indagaba acerca de “cómo” se gobierna, dando mayor importancia y atención a la “estabilidad política”, y la segunda es en el diseño de políticas, de decisiones y la evaluación del impacto de dichas políticas públicas. A la espera de las futuras actuaciones de las bancadas en la asamblea, creo que es necesario plantearnos ciertas interrogantes ¿es bueno para la democracia que se pacte y se de alianzas que no tienen y no conllevan a los mismos objetivos políticos para el país? ¿Es necesario este tipo de componentes y el reparto de la torta entre las bancadas, en función de la supuesta “gobernabilidad”, estos pactos deja entrever que a nombre la gobernabilidad el estado ecuatoriano tomará un nuevo curso en los próximos meses a venir, el antagonismo de la clase política se instalará en la asamblea, el juego político será la agenda y el pan de cada día, los ecuatorianos seremos unos simples observadores de esta nueva telenovela al estilo ecuatoriano de la “viveza criolla”, se avizora la creación de una “comisión de la verdad” en beneficio de ciertas “élites” políticas, así como la instalación de una agenda judicial de indultos y amnistías. Estas interrogantes quedan planteadas y el 14 de mayo que da inicio la flamante asamblea, los ecuatorianos seremos testigos de cómo se construyó ciertas alianzas y hasta que punto el juego político y los intereses de estas élites, – por el bien de la “gobernabilidad”- podrían quedar sin efecto las intenciones y el plan del nuevo gobierno, el mismo que no tendría gran margen para gobernar y enfocarse en los verdaderos problemas y demandas del pueblo, tales como la crisis sanitaria (vacunación), reactivación económica, empleo, y la educación. Pues es bien, nosotros los ecuatorianos, a los nuevos honorables les sentamos en los curules y serán nuestros verdugos de las políticas públicas, seremos sometidos al dictamen de esta nueva asamblea y sus mayorías, por la “gobernabilidad” del país.