Por Jaime Salazar P

He comprobado la eficiencia y rapidez entre el servicio que presta una empresa pública y otra privada al requerir el traslado de una línea de internet y de televisión por cable.
Muchos cuando tenemos que cambiarnos de casa, nos toca padecer por la lentitud que se produce al solicitar que el servicio de internet se coloque de un sitio a otro, es decir en el nuevo domicilio, para mi mala suerte me tocó feriado y ahí sí a sufrir porque las tareas burocráticas son de esa manera, claro la aspiración , el ideal sería que CNT que es del Estado, al día siguiente de mi solicitud quite el internet de un lado y pase a otro, así de fácil, pero no ya llevo cinco días y estoy incomunicado.
En cambio una operadora privada de canales de televisión, enseguida me instaló el cable y ya pude ver los canales locales, nacionales e internacionales, pero nada de internet, hasta la fecha, todo por culpa del carnaval o por la lentitud burocrática.
Lo peor de todo es que averiguo en CNT a nivel nacional y no existe mi solicitud y eso que me acerqué en Ibarra a realizar el trámite de traslado de línea, pero naranjas, se ha extraviado, recién allí me dieron la esperanza que me iban a llamar para confirmar el dato, o sea seguimos de un lado para otro y yo sigo desconectado.
Benditos trámites, bendita eficiencia, por eso muchos dicen que lo privado es más efectivo que lo público, a las pruebas me remito. Pero esto tiene que cambiar, la eficiencia, la rapidez, el buen servicio debe ser de todos los sectores, no solo del privado.
Aunque por testimonio propio y mi paso por el sector burocrático tiene esos mismos bemoles, esa tramitología que desespera, el tiempo es oro, pero para los empleados del Estado no lo es; recuerdo que para un informe se demoraban dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete u ocho semanas y eso no era justo; igual en una empresa municipal de esta urbe, que venga mañana, que ya le tengo listo, que no hay problema, que ya le paso el informe, que enseguida, que este ratito y total hasta la fecha, naranjas.

Debería existir una ley para que sancione al funcionario público o privado cuando demora un trámite, o cuando se hace de la vista gorda y no da paso a una gestión, a un informe, al cumplimiento de una responsabilidad y obligación, que se yo, el trámite para su despacho no debe pasar de unas dos semanas, en eso deberían trabajar nuestros asambleístas o nuestros concejales.

Ojalá este comentario caiga en terreno fértil, es por el bien de todos, aunque ahora hablé en primera persona, disculparán no más.

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