Por Raúl Chávez
El artista, que se identifica como “trabajador de la cultura”, es el escultor que dará el significado cultural al proyecto de la “Plaza Cívica”. Jesús Cobo reconoce que él prefiere llamarle “Plaza de las Lunas”, aunque el nombre no tiene importancia. Enfatiza que los visitantes, a través de la memoria colectiva, podrán darle el significado que quieran. Cobo asegura que será un espacio de interacción para aquellos que la visiten y que será una oportunidad para socializar el arte, no en el museo, no en la galería, sino, en el espacio dónde los ciudadanos hacen su vida diaria.
Es uno de los más grandes escultores que tiene el país. Sus obras, en diferentes materiales como: piedra, acero inoxidable, mármol o acero al carbono, se encuentran en espacios públicos en Turquía, Bolivia, México o Israel.
Cobo evidencia en sus esculturas un sistema estructurado de formas. La “Plaza de las Lunas”, será un espacio de exhibición permanente de obras de arte, en donde el visitante comenzará a preguntarse o verse representado a través un elemento como la luna, que es parte sustancial de la cosmovisión de todas las culturas.
¿Se trabajó en términos de mestizaje, Otavalo intercultural y pluricultural?, las obras confluyen en ese sentido, pues, la luna es un elemento universal cuya significación puede variar para cada uno de los visitantes ya que en cada cultura tiene su propia significación.
En este proyecto escultórico, una referencia directa a la cultura indígena es la obra “Intihuatana” – palabra quechua – inca- que quiere decir ‘donde se amarra el sol’. ‘Inti’ significa sol y ‘watana’ quiere decir atar o amarrar- El Intihuatana fue un lugar de observación astronómica en donde los incas también realizaban sus rituales sagrados- .
En la esquina de la plaza, a manera de puerta de entrada, con una base de forma trapezoidal, de clara alusión a la arquitectura Inca, se ubicará la escultura dedicada al Aya Uma que es parte sustancial de la cultura, conocido también como Diablo Huma – que es el personaje de la fiesta del Inti Raymi, que, según la tradición, se cree que ahuyenta a los demonios de las cosechas . En total serán diez esculturas que estarán en este “espacio escénico”.
En nuestro diálogo, recuerda que hace muchos años bailó, vistiendo zamarro, en la fiesta de San Juan”. Su increíble lucidez en su lenguaje conceptual y artístico me hace vacilar en mi espíritu curioso de conocer al personaje de una gran calidez humana. ¿Fue un impedimento el presupuesto?, le pregunto y me explica que “las obras se ajustaron al presupuesto”, y añade que “en cierta forma fue un limitante ya que me hubiese gustado trabajar con laser y otros recursos tecnológicos en este nuevo espacio de arte, pero estoy convencido que no se sacrificó la estética y la plaza será un trasmisor de cultura”.
Cabe puntualizar que el espacio público se concibe como un articulador del conjunto de acontecimientos que intervienen en la vida de las ciudades- y en este nuevo espacio confluirá el mestizaje de este pueblo. Para esto, es necesario comprender que “el espacio es un aspecto esencial en el área de las artes visuales y escénicas, la espacialidad de la obra de arte es una cualidad ineludible al momento de interpretar su significado, como lo enfatiza Yates” , y el maestro Jesús Cobo está convencido de que el mensaje llegará a todos los ciudadanos, quienes podrán “apropiarse” de este espacio y de esta nueva expresión, lo que generará una renovada concepción del arte público.
El recorrido de este artista escultor es muy amplio, tanto en su formación académica cuanto en su actividad profesional. Luego de su proceso estudiantil en la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador, estudió escultura en mármol en Italia, la tierra del gran escultor, pintor y arquitecto Miguel Ángel, una de las grandes figuras del Renacimiento italiano, quien dominó el panorama creativo del siglo XVI. Posteriormente estudió escultura en metal en USA.
¿Alguna duda para realizar estas obras?, le pregunto, y responde: “como mestizo he amado esta cultura y estuve cercano a su simbología desde mi niñez. Este proyecto de escultura pública fue, más bien, una estupenda oportunidad para expresarme a escala urbana con un material que vengo trabajando por más de quince años, el acero inoxidable, mediante el proceso de “construcción”.
El escultor apunta que el reto, cuando se usa este proceso escultórico, es concretizar la forma imaginada en objetos tridimensionales, ilusoriamente sólidos, a partir de la planitud del metal . Ocho esculturas, de las diez que contempla el proyecto, miden tres metros de diámetro, que, según el maestro, es una escala amigable. Señala que incluyó, en todas las esculturas, fragmentos de poesías que aluden a la luna. Así, por ejemplo, una línea de un poema de Neruda que dice, “ …debajo de tu piel vive la luna”, o el del poeta César Davila Andrade, “…quiero besarte íntegra como luna en el agua”, por lo que no será solo la escultura, sino algo que se refiera a ella, en el afan de motivar el cultivo de la poesía en los más jóvenes. Estos fragmento fueron, en gran parte, su inspiración para este trabajo de la “Plaza de las Lunas”.
El diálogo continúa y le presto mucha atención. Es un hombre que sabe de lo que habla, maneja amplios conceptos para explicar sus obras, consecuencia de haber dedicado muchos años a la cátedra de escultura como profesor y formador de juventudes en la Universidad Central del Ecuador.
Se identifica como un “trabajador de la cultura”, y en este “espacio escénico”-metáfora de la sociedad en su conjunto que implica estructura económica, social, relaciones de producción, relaciones de clase-, propone una nueva concepción del arte público, resultado de la actividad intelectual en la academia en la que fue formador de muchas generaciones, luego de lo cual hizo su reverencia al tiempo y pasó a la jubilación de la cátedra, no así de la creación artística, la que continúa con la misma pasión de siempre.
El maestro Jesús Cobo, durante la ejecución de estas obras, recibió en su estudio a cuatro artistas jóvenes otavaleños en condición de pasantes, con quienes, como el maestro dice, compartió no solo el pan sino tambien los sueños y utopías, pues, está convencido que serán los nuevos jóvenes artistas quienes serán los multiplicadores de la obra de arte, “no es cuestión de realizar la obra y me voy”. Para el maestro Jesús Cobo es imprescindible incluir la educación estética en todos los niveles académicos puesto que, según apunta, “la gente no está acostumbrada al arte en general y al arte público en particular, a veces se acostumbra a vivir junto a un contenedor de basura que con una nueva obra de arte en el espacio público que viene a romper la costumbre del usuario”.
Otavalo, tendrá su nueva “Plaza de las Lunas”, o “Plaza Cívica”. Coincido con el maestro Jesús Cobo cuando expresa que no importa el nombre que, finalmente, tenga esta obra municipal ya que, sin ninguna duda, la ciudad será un nuevo referente a nivel nacional e internacional en el tratamiento del espacio público que resalta los valores y las simbologías de la cultura del usuario, ese espacio público que, según Jordi Borja Y Zaida Muxi supone, “dominio público, uso social colectivo y multifuncionalidad.” Y desde la perspectiva de la gestión de las ciudades- durante muchos años la ciudad ha perdido toda referencia a su cultura, la ciudad ha sido destrozada a punta de proyectos insignificantes y grotescos, su arquitectura, sus espacios públicos no han sido concebidos para “pensar”, la ciudad fue y continua humillada, a la ciudad se le asfixia, el espacio público es secuestrado, maltratado.
Debo agradecer al maestro Jesús Cobo por haber consentido este diálogo y por haber aceptado el “trabajo” de concebir por fin un verdadero y nuevo “espacio escénico” para la ciudad y darnos la oportunidad de una nueva forma de pensarla, “pensar es inventar”, escribió el filósofo francés Michel Serres; no olvidemos que “la historia siempre nos ha recordado que los cambios profundos en el arte, es cuando los artistas ponen el acento y la preocupación por el espacio” , preocupación que debería ser de todos, y más aún de las administraciones que gestionan recursos públicos.
Ya tenemos en nuestras manos el camino de la reflexión que nos entrega el maestro Jesús Cobo con sus obras, camino que nos permitirá salir del oscurantismo del “ laissez faire” y del abandono en que cayó la ciudad. “La Plaza de las Lunas o la Plaza Cívica”, desde la perspectiva material, será “el receptáculo de todo lo existente, la relación entre el hombre y el espacio al modificado está determinada por sus necesidades materiales, pero además y de un modo especial, por la dimensión estética que el mismo hombre posee, una transformación del significado de espacio indica un cambio fundamental” . “La Plaza de las Lunas”, dará el inicio al reencuentro de nuestros saberes, de nuestra historia; estas magníficas esculturas simbolizarán el nuevo pensar de nuestra ciudad.