Responsable de éxitos mundiales como “Eva María”, “Libre”, “América, América”, “Un beso y una flor”, “Eres tú”, “Madre”, “Libertad sin ira”, “Latino”, “La estrella de David”, “Cuéntame” y “Como una ola”.

José Luis Armenteros, de 72 años, falleció el pasado sábado 11 de junio, en Madrid. Armenteros perteneció a la primera camada del rock and roll español, como guitarra solista de Los Relámpagos. En la misma formación estaba el organista Pablo Herrero, con el que formaría tándem autoral.

Como tales, firmaron mega-éxitos como el Eva María de Fórmula V, Un beso y una flor, América y Libre para Nino Bravo y el maravilloso Como una ola para Rocío Jurado.

Cambiando de área
En los sesenta, tanto Armenteros como Herrero se posicionaron en otro crucial ámbito dentro de la industria musical. Sellos como Novola y Philips requirieron de sus servicios como cazatalentos; terminaron ejerciendo de A & R -encargados de Artistas y Repertorio-, buscando material que grabaran sus descubrimientos.

Al mismo tiempo, comenzaba a prestigiarse y brillar el binomio Armenteros-Herrero, en su calidad de creadores de notables temas populares.

Era una bandera de conveniencia: había temas hechos por uno, por otro, en conjunto y, a veces, con la colaboración de algún tercero.

Lejos de cualquier divismo, estaban abiertos a colaborar en lo que fuera necesario, funcionando como productores o arregladores.

Componiendo para otros
En 1968, dieron inicio a su carrera como productores y compositores para otros artistas, convirtiéndose en uno de los binomios creativos más importantes y prolíficos de la segunda mitad del siglo XX en España.

Sus canciones han sido interpretadas por Fórmula V, Nino Bravo, Raphael, Francisco, Juan Bau, Basilio, José Luis Rodríguez, Jarcha y Rocío Jurado, entre otros muchos.

En tanto, como productores, apoyaron el surgimiento de grupos como Doctor Pop y de cantantes como Juan Bau.

Todas lanzadas al mercado internacional en un lapso de 14 años, entre 1968 y 1981, surgieron así memorables temas, como resultaran ser “Cuéntame” (Fórmula V) (1968), “Cenicienta” (Fórmula V) (1969), “Eres tú” (Raphael) (1969), “Madre” (1969), “Un beso y una flor” (Nino Bravo) (1972), “Libre” (Nino Bravo) (1972), “América, América” (Nino Bravo) (1973), “La estrella de David” (Juan Bau) (1973), “Eva María” (Fórmula V) (1973), “La fiesta de Blas” (Fórmula V) (1974), “Libertad sin ira” (Jarcha) (1976), “Atrévete” (José Luis Rodríguez) (1980), “Latino” (Francisco) (1981) y “Como una ola” (Rocío Jurado) (1981).

Junto a Raphael
Ante las intermitentes ausencias de Manuel Alejandro como compositor de cabecera, Raphael acude entre otros maestros creadores a Armenteros, entre 1969 y 1970, logrando no sólo una razonable estabilización de su nuevo repertorio sino también un par de sonados sucesos, como lo fueran “Eres tú” y “Madre”, ambos en colaboración con Alfredo García Segura.

Aparte de esos, compusieron el tema central “El Ángel” (1969) para el film homónimo, con un rebuscado tono jamesbondesco, también en tándem con Alfredo García Segura.

Luego vendrían “Yo” (1969) del Lp “Aquí…!”, en colaboración con Francisco Gordillo Pérez (aka. Villarrojas), manager histórico y máximo colaborador de Raphael, claramente basado en la partitura original del Adagio en Sol menor de Tomasso Albinoni,
“Nadie más” y “Alguien” (1970) (Lp. Corazón Corazón), ambos en colaboración con Alfredo García Segura.

Como curiosidad, valga mencionar un tema poco y nada sonado, compuesto también por encargo del Niño de Linares, elocuentemente titulado “Mi nombre es Raphael” y que a su hora pretendía lo que serían luego sus himnos de batalla y autogratificación personal, como es el caso de “Niño de oro” y “Yo sigo siendo aquél”, entre otros.

Prolífica actividad
Acertaron con el cancionero festivo para Fórmula V, grupo producido por Maryni Callejo, una racha de éxitos que comenzó con Cuéntame —atribuida exclusivamente a Armenteros— en 1969.

Tuvieron menos suerte con otros proyectos, como los mallorquines Falcons o Doctor Pop, al que la censura franquista obligó a cambiar su “Sofía” por “Lucía”, en deferencia a la entonces futura Reina.

Pero para entonces ellos ya habían descubierto el filón de los vocalistas poderosos y éstos a su vez comenzaban a reclamarles ingentemente temas de su cosecha.

Y a partir de 1969, comenzaron a proporcionar canciones de letras contundentes a Nino Bravo: Libre, Un beso y una flor, América. También lo hicieron con otros vocalistas levantinos, como Juan Bau (La estrella de David, Fantasía) y Francisco (Latino).

Otro beneficiado por su olfato para el éxito fue el baladista panameño Basilio, con “Tierras lejanas”.

No pedían exclusividad: competían con las aportaciones de excepcionales colegas como Augusto Algueró, Manuel Alejandro y Juan Carlos Calderón.

En 1982, Herrero y Armenteros dieron a luz “Como una ola”, uno de los mayúsculos éxitos pop de Rocío Jurado, incluido en su notable álbum “Señora” (RCA).

En los años siguientes, disminuyó su ritmo de trabajo. Herrero se volcó en la dirección política y sindical de la SGAE (Sociedad General de Autores de España), donde alcanzaría el puesto de vicepresidente.

Armenteros tocó, por puro placer, en Trastos Viejos, un conjunto de estelares veteranos del pop rock hispano, a partir de 2010.

Y tanto Herrero como Armenteros disfrutaron del tardío reconocimiento de su grupo inicial, Los Relámpagos, cuyas grabaciones fueron recuperadas y reeditadas con bastante suceso en España por el sello especializado Rama Lama.

Haya eterna memoria y reconocimiento para este talentoso creador que, como suele acontecer en este rubro, el recuerdo de sus canciones no suele relacionarse con su nombre ni su imagen, sino con la de aquellos intérpretes cuyas voces los llevaran a la popularidad.