En los días posteriores al fuerte sismo que sintió Ibarra en marzo de 1987, cuyo epicentro fue en la provincia de Napo, hace 29 años, el prefecto de Imbabura de ese entonces, Luis Mejía Montesdeoca, se mostraba partidario de una tregua política para que el país pueda afrontar las difíciles condiciones económicas que se avecinan como consecuencia del sismo.
Mejía, quien también era asesor de la Comisión Legislativa de Presupuesto, hizo este llamado a la tregua y a la unidad, al analizar las consecuencias que tendría el país en el plano económico, como efecto de la suspensión de la explotación petrolera.
Dijo que la situación es difícil, que impondrá sacrificios y que debería ser afrontado con decisión por los ecuatorianos. (Fuente La Verdad)