Los buses que circulan en la ciudad, los intercantonales e interprovinciales no prestan ninguna seguridad para los pasajeros, quienes toman este servicio sin saber qué le puede pasar dentro de las unidades.
Tal como funciona el sistema de acceso a los buses, perfectamente como infelizmente ha ocurrido en otras ciudades del país, pueden subirse a las unidades los delincuentes y proceder a desvalijar a los usuarios, nadie los protege, el conductor tampoco hace nada por temor a que pueda ser atacado.
A los buses de todas las modalidades a diario se suben vendedores, cantantes, ciudadanos que cuentan su drama económico y piden unos centavos, a veces hasta beodos y los ciudadanos viven en una constante tensión y zozobra. No se conoce si funcionan las cámaras de video, en especial en los buses urbanos, en definitiva el servicio que se presta no es confiable, pero nadie soluciona este asunto.

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