– La Organización Panamericana de Salud estima que en América Latina hay 62 millones de personas con diabetes, es decir, uno de cada 12 habitantes vive con esta condición. El organismo estima que para 2040 esa cifra llegará a 109 millones, y prevé también que a ese año el gasto en salud asociado a ese padecimiento en América Latina pase de los 383 mil millones de dólares anuales a 446 mil millones. En Ecuador, la diabetes es la segunda causa de muerte, después de las enfermedades isquémicas del corazón, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Esta organización indica que en los últimos diez años la mortandad a causa de esta enfermedad creció en un 51%.
En la opinión de Fadlo Fraige Filho, presidente de la Asociación Nacional de Atención a la Diabetes de Brasil (ANAD), tanto las autoridades como la población misma pasan por alto la enfermedad. «Desafortunadamente, y debido a que puede ser asintomática durante mucho tiempo, se pasan por alto la detección temprana y la prevención. La diabetes tiene que ser vista con seriedad, responsabilidad e intervención mediante el entendimiento de sus causas y las opciones de tratamiento».
A pesar de este panorama y de que la OMS calcula que la glucosa sanguínea alta es el tercer factor más importante en la causa de mortalidad prematura en el mundo, el consumo de azúcares y grasas se mantiene en continuo crecimiento. En este sentido, el presidente de la ANAD recomendó a la población de América Latina mejorar sus hábitos alimenticios, con la finalidad de reducir las cifras negativas que conlleva esta enfermedad. Además sugiere que se consuman sustitutos del azúcar para disminuir los riesgos de las calorías y el incremento innecesario del índice glucémico.
Fadlo Fraige Filho sostiene también que la «gente con diabetes no tiene por qué sacrificar la dulzura a causa de su condición». El experto señaló que la dulzura es un estímulo psicobiológico para los humanos de todas las edades. En ese sentido, los edulcorantes no calóricos contribuyen con la calidad de vida de las personas con diabetes, ya que tienen un sabor dulce, pero no las calorías ni el impacto glucémico del azúcar regular.
«He estado dando seguimiento a las pláticas sobre los cambios en el etiquetado de productos en Brasil y otros países de América Latina. El enfoque ha sido combatir la obesidad y las enfermedades crónicas con la reducción del consumo de azúcares, sal y grasas saturadas. Sin embargo, en mi opinión, es muy importante que los endulzantes no sean rechazados en este proceso, en especial aquellos bajos en calorías. Existen muchos estudios científicos que han probado los beneficios de estos productos, no solo para personas con diabetes sino también para las que buscan mantener su peso», dijo el endocrinólogo.
La mala alimentación y la obesidad son factores que aumentan el riesgo de esta enfermedad. Por ello, varios especialistas recomiendan realizarse chequeos periódicos con la finalidad de prevenir la diabetes y en caso de tenerla, evitar su desarrollo y complicaciones.
