El próximo 10 de agosto se cumplen dos décadas del acto de asunción al mando de Abdalá Bucaram como Presidente de la República de Ecuador.
Bucaram tomó posesión el 10 de agosto de 1996 y fue destituido el 6 de febrero de 1997 por el Congreso Nacional de la República del Ecuador, que declaró su “incapacidad mental para gobernar”.1
Su peculiar forma de gobernar incluía conciertos, bailes, entre otros. Estos actos sumado a las acusaciones de peculado que pesaban en su contra, provocó manifestaciones de descontento en la población (mayoritariamente de la ciudad de Quito) que ocasionó una ola de protestas que finalizó en la decisión del Congreso Nacional que con 45 votos a favor de 82 posibles, lo cesa de sus funciones del poder
Llegó con un plan de gobierno con tres metas claras: un ajuste económico, político y social tajante y coherente, la paz con el Perú y la vivienda para los pobres. Se tomó 113 días en elaborar y anunciar el plan de ajustes que duraría al menos 10 años. El plan se asentaba en la convertibilidad de cuatro nuevos sucres por dólar respaldados totalmente por la reserva monetaria internacional a iniciarse desde el primero de julio de 1997.3