A través del trabajo y la constancia, Blanca Cecilia Portilla, de 51 años, ha sido ejemplo en su familia de cómo la iniciativa para el emprendimiento puede cambiar perspectivas de vida. Desde hace más de un año, Blanca Cecilia está encaminada a formalizar su propio negocio con actitud emprendedora, definido como su nuevo rumbo. En su testimonio demuestra cómo transformó las dificultades en oportunidades a la que hoy llama “choco corazón late”.
Para Blanca Cecilia, ‘sentirse y ser útil’ es un pensamiento que la ha impulsado a desarrollar sus capacidades de emprendimiento. “Yo soy una persona a la que le gusta aprender de todo un poquito, y la parte de chocolatería siempre me ha llamado la atención, pero nunca me había atrevido porque lo veía como demasiado difícil”.
Gracias a los cursos impartidos por el Municipio de Ibarra he aprendido que mi trabajo tiene un precio, que mi trabajo tiene un valor. Considera que emprender “es aprovechar todas esas experiencias de vida que uno consigue, o que Dios le pone a uno en el camino para continuar hacia adelante”.
Nuestra emprendedora se sintió capaz de iniciar su negocio por los valores que sostiene: “Si tú le pones amor a lo que haces, siempre te va a salir bien y cada día mejor; yo creo y confió en mí, soy una persona que pienso muy en positivo; ‘sí lo voy a hacer, sí me va a salir bien”.
Oriunda de la provincia de la provincia del Carchi, cuenta que desde hace más de 20 años está radicada en Ibarra, es madre soltera, tiene dos hijos, doña Blanca Cecilia, ha sido el sustento para sus primogénitos.
El precio del producto que oferta en el puesto 57 del Centro Artesanal Nuestros Emprendedores, oscila entre 25 centavos de dólar hasta 15 dólares, según la figura y el tamaño. Dice que ella trabaja en su casa, inicia comprando el chocolate, posteriormente lo diluye y lo ubica en moldes con diferentes figuras. Diariamente puede hacer entre 50 y 60 deliciosos chocolates.