Cada vez es más notoria la presencia de niños extranjeros que salen a las esquinas de las principales intersecciones de la ciudad de Ibarra para pedir limpiar parabrisas de carros, a veces tienen suerte, otras no.
También se observa a gran cantidad de personas, hombres y mujer de otros países que se dedican a la venta de insumos para celulares, recorren las calles de Ibarra con sus productos.
En las esquinas hay madres con sus hijos, algunos de pecho, solicitando monedas para poder comer.
Cerca del mercado Amazonas también se ve a diario a trabajadoras sexuales extranjeras que pasean por el sector en busca de “clientes”, generalmente ocupan los hoteles que están por allí. También los migrantes que llegan a Ibarra se dedican al reciclaje de basura.
El comercio informal, pedidores de caridad, prostitución, malabaristas, venta en las calles, niños limpiando parabrisas, madres con niños y carteles pidiendo ayuda, cantantes en los buses solicitando ayuda, ahora es parte del paisaje de Ibarra y que refleja un verdadero drama social que sucede en esta ciudad y en otras provincias del país, producto del desempleo, la pobreza y la migración nacional e internacional.

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