Según la Organización Mundial de la Salud, la psoriasis es una enfermedad crónica de la piel, inflamatoria no transmisible que afecta aproximadamente a 125 millones de personas en el mundo3 y, en Ecuador unas 35.625; tanto a adultos como a niños, sin distinción de género 1. Por esto, en el marco del Día Mundial de la Psoriasis, que se conmemora cada 29 de octubre a nivel mundial, se quiere informar y concientizar sobre lo que significa padecerla, ya que es una enfermedad que va más allá de la piel.
La psoriasis no es contagiosa, su causa está relacionada con una alteración del sistema inmunológico y predisposición genética, y se caracteriza por la aparición de manchas rojas con escamas blancas que se localizan generalmente en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. Puede comprometer las palmas de las manos, las plantas de los pies y las uñas, produciendo una cierta irritación3. Está ampliamente demostrado que las personas que padecen psoriasis moderada a severa tienen un mayor riesgo de sufrir diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Entre el 40% y el 60% de los pacientes tiene síndrome metabólico e hígado graso y entre el 20% y el 30% padece artritis psoriásica, la cual es causa de dolor, rigidez e inflamación articular, además de producir desfiguración y discapacidad permanente.
“Al ser una enfermedad evidente, genera estigmatización y discriminación, produciendo un fuerte impacto emocional en la autoestima de quienes la padecen, generándoles a su vez, ansiedad y vergüenza. El 45% de los pacientes sienten depresión ya que su calidad de vida se ve altamente afectada, su rendimiento laboral puede disminuir, aumenta el número de incapacidades, los aleja de actividades al aire libre y también puede llegar a alterar su vida sexual y reproductiva”, explica Domenico Ruocco, Gerente Médico de Inmunología para Janssen Latinoamérica Norte.
Teniendo en cuenta lo anterior, se hacen evidentes los desafíos a los que se deben enfrentar día a día los pacientes con psoriasis y la importancia de hacer un llamado a profesionales de la salud, pacientes, sociedad y gobierno para hacer frente a la enfermedad. Con este objetivo nace la campaña #saludsinpausa, liderada por Janssen, farmacéutica de Johnson & Johnson, para reforzar el mensaje de la importancia de continuar con los tratamientos adecuados, ya que muchos se han visto enfrentados a otros problemas de acceso como resultado de la pandemia de COVID-19, sumado a que están posponiendo y cancelando sus citas médicas por temor a contagiarse del virus en las clínicas o centros médicos.
“Nosotros como pacientes, conocemos de primera mano las consecuencias de que la psoriasis no sea considerada una prioridad en el sistema de salud y que ahora con la pandemia no encontremos citas médicas con los especialistas de manera rápida, que no tengamos el acceso pertinente o que no se nos dé el tratamiento más conveniente. Nosotros somos los costos directos e indirectos, pagamos con el deterioro de nuestra salud y bienestar. Día a día vivimos con dolores crónicos, avance de nuestra enfermedad, daños irreversibles e incluso con un riesgo en nuestra salud mental, que puede llegar a ser más fuerte que el mismo dolor físico”, afirma Guillermo Gutiérrez, paciente y Director General de FUNDAPSO, fundación que apoya a pacientes con psoriasis.
Por esta razón, la comunidad científica ha estado en una constante búsqueda por traer innovaciones en los tratamientos para que la psoriasis pueda ser tratada y se mejore la calidad de vida de los pacientes considerablemente. De acuerdo con el Dr. Ruocco, “Ecuador ya cuenta con un inhibidor para el tratamiento de psoriasis moderada a severa, capaz de bloquear la interleuquina 23 (IL-23)”, sustancia propia del sistema inmunológico, responsable de la aparición de la enfermedad y al parecer, de una gran parte de los desórdenes asociados a la patología. “Lo anterior significa la posibilidad de ofrecer una mejoría significativa a un mayor número de pacientes, sin exponerlos a eventos adversos poco habituales, además de una respuesta sostenida en el tiempo impactando positivamente en la calidad de vida del paciente. En una enfermedad crónica, es decir, que no desaparece, los resultados a largo plazo cobran una gran importancia” aclara el Dr. Ruocco.
Se debe recalcar que, aunque el mundo sigue pausando actividades, los pacientes no pueden poner en pausa su enfermedad. Las consecuencias de no tratarla pueden ser muy graves y por lo tanto es clave que sigan cumpliendo con sus citas médicas y tratamientos. La psoriasis es una enfermedad que no se debe descuidar.
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