En Ecuador 2 de cada 100 personas sufren de psoriasis1, se trata de una enfermedad inflamatoria, no contagiosa, que puede partir de una base genética, y que se manifiesta en forma de placas en la piel de los pacientes. Al tratarse de un padecimiento que se evidencia sobre todo a nivel cutáneo, se lo suele tratar como un problema estético. Sin embargo, es importante tener presente que, si bien la psoriasis afecta principalmente el tejido cutáneo, los pacientes que la padecen también están siendo afectados en otros órganos internos, como el corazón, riñones, hígado o incluso el sistema óseo y articular.
La psoriasis se cataloga como una enfermedad crónica que, aunque no tiene cura, las terapias actualmente disponibles la controlar en unos altos porcentajes, ofreciéndole a los pacientes una mejora importante en su calidad de vida. Su principal signo es la formación de placas en la piel, que comienzan generando un prurito importante, para luego engrosarse y terminar en un proceso de descamación. Este proceso ocurre ya que debido a un estímulo nocivo en las células de la piel, estas mueren y renuevan 2 veces más rápido de lo normal, acumulándose y deformando la arquitectura normal en la superficie cutánea. Esto ocasiona que se formen estas lesiones costrosas, gruesas y enrojecidas que afectan la calidad de vida del paciente2.
Los pacientes que sufren de esta enfermedad pueden desarrollar padecimientos más graves si no siguen un tratamiento riguroso. Se calcula que en general, cerca del 30% de los pacientes puede desarrollar artritis psoriásica, lo que significa que en estos pacientes no sólo hay manifestaciones cutáneas de la enfermedad, sino que también hay un compromiso y manifestaciones articulares.[2]

La psoriasis
Dentro del tratamiento convencional para la psoriasis, se usan medicamentos que, a pesar de ser efectivos, su mecanismo de acción bloquea o puede interferir procesos de replicación celular tanto de células del sistema inmune cómo de células de otros sistemas y tejidos, por lo que su efecto puede ser muy inespecífico contribuyendo a que se re active la tuberculosis en aquellos pacientes que la padecieron. Es por esta razón que en el presente se desarrollan distintas alternativas de tratamientos biológicos que utilizan otros mecanismos de acción para ofrecer a estos, y todos los pacientes, terapias no solo más eficaces sino también mucho más seguras.
En Ecuador, la alternativa de terapias biológicas es cada vez más aplicada, no solo en casos como la psoriasis sino también en enfermedades de carácter inmunológico. Conozca más sobre los avances de este campo y su disponibilidad en el país en el IX Congreso Internacional de Dermatología AEDCA 2019.

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