Por Raúl Chávez
“los conflictos sociales son inevitables, pero evitar que se conviertan en explosiones sociales no solo es inteligente; también es una exigencia de la justicia”. V. Casas
La lucha social busca modificar o reconfigurar las bases del contrato social, es decir las reglas y acuerdos que gobiernan una sociedad, el contrato social de J.J. Rousseau, de la toma de la Bastilla en 1789, en Francia, se refiere a que “al acuerdo hipotético o real que legitima el poder político y establece el orden”, una forma de pensamiento democrático, “el Estado me protege, a cambio, yo te cedo ciertos de mis derechos, es decir endoso al soberano para que este, con “el poder recibido de todos – mayoría- garantice la paz y la discipline los conflictos sociales”.
La lucha social busca cambios para que ese contrato sea mas justo y represente la voluntad general. El Ecuador es un Estado Constitucional de derechos y justicia. El Estado y la voluntad política de los ciudadanos son parte de las reglas de juego en una democracia, la lucha social busca el desarrollo y el bienestar social, la lucha social se opone al contrato social porque esta última postula un acuerdo hipotético para la organización de la sociedad”, sin Estado, sin leyes todo sería permitido, según Rousseau, la guerra de todos contra todos.
El Estado, es un mal necesario que todos requerimos para fortalecer la voluntad general, el respeto a los derechos y obligaciones aprobados por una voluntad general y plasmados en nuestra Constitución. Vicente Casas, señala que (…) podríamos aventurar esta hipótesis: los conflictos sociales son inevitables y mal haríamos en pretender vivir a comienzos del siglo XXI en un apacible e idílico estado de naturaleza sin conflictos, además, si somos el origen de nuestros conflictos, a quien corresponde resolver los conflictos somos nosotros, desde lo más profundo de nuestras conciencias o ideologías.
La discusión pública sobre el derecho a la resistencia y lucha social es un verdadero tema para los sociólogos, politólogos, políticos, y por supuesto para los medios de comunicación, uno de los logros de nuestra democracia es que la gente se interese a través la discusión pública, sin democracia, no existiría la libertad política, y la libertad de escoger cada 4 años nuestros mandatarios. La democracia sería perfecta -lo dudo que exista- si se encontraría el desarrollo y bienestar social de todos los que hacemos este hermoso país. Nuestra democracia debe abordar la cuestión de las minorías, el Estado, no sólo debe preocuparse de una mayoría, sino también, por el derecho de las minorías, aunque no es nuevo, muchas veces se trato el tema, pero, sin resultados, ya que, nuestra democracia es vista desde el punto electoral, es decir, de la ley de la mayoría, por lo que, “los conflictos sociales son inevitables, pero evitar que se conviertan en explosiones sociales no solo es inteligente; también es una exigencia de la justicia”.