En las últimas décadas, los artesanos se han convertido en una clase social muy numerosa, en franco crecimiento y desarrollo, constituyéndose en un sector fundamental para el fortalecimiento de la vida institucional y económica del Ecuador, subrayó el legislador Marcelo Simbaña, de la provincia de Imbabura, al recordar que este segmento productivo enfrenta numerosos problemas.
“Más de tres millones de personas ejercen diversas actividades artesanales pero, lamentablemente, el sector está divido, lo cual impide su verdadero posicionamiento en el ámbito comercial”, aseveró.
Indicó que los costos de producción son altos, por tanto, lo cual incide en una baja competitividad, principalmente respecto de los bienes generados por la pequeña industria y, por una competencia desleal de productos procedentes del exterior.
A su criterio, es esencial establecer un registro para conocer cuántos artesanos están calificados, cuántos trabajan de manera independiente, es decir, tener datos ciertos para ordenar el segmento artesanal.
Debido a que esta actividad está articulada con la identidad nacional y con la dinámica social del país, se requiere contar con una legislación unificada que fomente y promueva la producción artesanal, agregó.
Marcelo Simbaña explicó que, si bien existen normas como la Ley de Fomento Artesanal, la Ley de Defensa del Artesano, el Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones y la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria, es fundamental provocar un proceso de acopio del proceso normativo, a fin de superar todo tipo de dispersión y establecer con total claridad políticas adecuadas para el sector.

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