En 2025, la avicultura en Ecuador se ha consolidado como un compromiso con la soberanía alimentaria, la protección del planeta, la generación de empleo y el bienestar nutricional de la ciudadanía. Gracias a su capacidad de producir pollo y huevo localmente, el país responde a su demanda interna con insumos domésticos, fortaleciendo la cadena productiva nacional.
Según la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (CONAVE), la producción de huevos alcanzó 3 815 millones de unidades en 2024, frente a 3 646 millones en 2023, mientras que el consumo per cápita subió a 207 huevos por persona al año (aviNews, revista global de avicultura). Estos datos muestran la creciente preferencia por este alimento accesible y nutritivo dentro de la dieta ecuatoriana.
El desarrollo del sector, sin embargo, también depende del acceso a materias primas estratégicas, como la soya, fundamental en la nutrición de las aves por su alto contenido proteico (35–40 %), su perfil de aminoácidos esenciales y su aporte en vitaminas, minerales y ácidos grasos saludables. Su uso optimiza costos, mejora la conversión alimenticia y contribuye a la calidad del producto final.
En Ecuador, gran parte de la soya utilizada en la avicultura proviene de Estados Unidos, donde miles de familias agricultoras cultivan este grano de forma sostenible. Este abastecimiento garantiza una fuente estable, trazable y de alta calidad, respaldada por el U.S. Soybean Export Council (USSEC), que promueve prácticas agrícolas responsables orientadas a proteger el suelo, reducir emisiones y fomentar el progreso.
Cuando la soya proviene de fuentes verificadas, incorpora una marca que acredita un manejo responsable del suelo, una reducción del impacto ambiental, una trazabilidad adecuada y el cumplimiento de estándares internacionales. Con este enfoque, la avicultura ecuatoriana puede fortalecer su competitividad frente a mercados exigentes y avanzar hacia una cadena de valor más sostenible y resiliente.
De esta manera, “la soya de Estados Unidos, cultivada bajo prácticas responsables por familias agricultoras aporta una base estable para la cadena avícola. Su origen verificado garantiza continuidad en el suministro, consistencia en la calidad de los insumos y eficiencia en los procesos. Al mismo tiempo, contribuye a fortalecer la seguridad alimentaria del país y a avanzar hacia un modelo que integra desarrollo económico y respeto por el planeta”, señaló Luis Bustamante, líder de sostenibilidad para Latinoamérica de USSEC.
En este sentido, Ecuador tiene la oportunidad de fortalecer su industria avícola con decisiones estratégicas: asegurar fuentes de soya sostenible, fomentar alianzas con proveedores confiables y centrar la innovación en la alimentación animal. En esa ruta, USSEC puede desempeñar un rol clave como referente de insumos confiables, trazables y responsables, aportando al crecimiento sostenible del sector avícola nacional.