La vida cambia en la comunidad La Esperanza de la parroquia San Roque. Haciendo honor al nombre del sitio, los pobladores iniciaron hace dos años la gestión para conseguir un objetivo: mejorar la vialidad. No descansaron hasta ver su sueño cumplido, sin embargo, para que esto ocurra fue necesario contar con un aliado estratégico, la Prefectura de Imbabura.
El Gobierno Parroquial lideró el proceso para que se ponga en marcha el proyecto con la activa participación de los comuneros. Pero no solo encaminó la gestión. También puso una parte de los recursos de su presupuesto. Así se logró construir un puente en el sector Cruz Loma, obra necesaria para unir varios poblados que conforman la ruralidad de San Roque.
En total se invirtió alrededor de 50.000 dólares en la construcción de la infraestructura. El organismo provincial puso la mayor parte, 42.000, pero lo importante fue trabajar en conjunto, solo pensando en el beneficio de la población.
Fruto de este accionar ahora el puente es un eje de desarrollo. Por este sitio los vehículos ya pueden circular sin problemas, produciendo una baja en el costo económico del servicio público, pues como sostiene Jorge Bonilla, morador de aquí, ahora hasta los taxis tuvieron que reducir el valor de la carrera, tomando en cuenta que pueden utilizar una ruta directa.
La Esperanza es un rincón campesino de Imbabura. Los habitantes cultivan pequeñas parcelas de maíz, papas, tomate de árbol, fréjol y arveja para poder alimentarse y como forma de sustento económico, pues el excedente lo comercializan en los mercados de Otavalo, principalmente.