Elena Jacinta Sánchez es una ciudadana carchense que ya compró su cocina de inducción, esto lo hizo por sugerencia de una de sus hijas que viven cerca en su casa de la ciudad de Tulcán. Conversamos con esta ama de casa que hoy está más tranquila con su nueva estufa, porque ya no tiene que preocuparse por conseguir un cilindro de gas.

¿Por qué decidió adquirir la cocina de inducción?

Me decidí a tener la cocina porque en primer lugar, aquí no se consigue fácilmente el tanque de gas, soy una persona enferma de la cadera y no puedo salir corriendo a comprar el cilindro.

Otra porque mi hija que vive en el departamento de abajo tiene la cocina de inducción, le ha salido buena y ella me dijo que trate de conseguirla y deje el gas.

¿Su hija no ha tenido inconvenientes con la cocina?

No, ella está bien enseñada, mi hija trabaja, llega a la casa, prepara rápidamente el almuerzo para la familia y regresa al trabajo

¿Es decir en su familia, muchos integrantes ya tienen la cocina de inducción ?

Tienen mis dos hijas, mi otra hija que vive en Quito y la que vive en Tulcán.

¿Ya utilizó la cocina?

Estoy esperando que se acabe el tanque de gas y le pongo en funcionamiento

¿En relación con las cocinas a gas y las de inducción, qué diferencias encuentra?

Las de inducción son aseadas, cocinan rápido y no hay peligro.

¿Qué les diría a las amas de casa?

Que adquieran la cocina, que es muy buena y segura, que no teman ante la crítica negativa, es una buena adquisición que hice en este tiempo.

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