El Chapo, Joaquín Guzmán ha sido declarado este miércoles culpable de los 10 cargos que le imputaba la justicia estadounidense, principalmente liderar un grupo negocio. Ese es el veredicto del jurado popular que durante casi tres meses su negocio y por eso se le condenó a cadena perpetua y 30 años adicionales.
Tras conocerse el veredicto, el fiscal del distrito este de Nueva York, Richard Donoghue, calificó el día de “histórico” y subrayó que se trata de una “victoria”. “Se equivocan los que piensan que la guerra contra la droga no merece la pena”, afirmó a las puertas de la Corte, escoltado por su equipo de colaboradores y bajo un intensa nevada. El juicio, añadió, “levantó el telón como ningún otro sobre el operativo del narcotráfico” que lideró Joaquín Guzmán. Ray Donovan, de la oficina antidroga, destacó por su parte la cooperación con las autoridades mexicanas. “No importa quién sea, dónde te encuentres o el poder que tengas”, remarcó, “no hay escapatoria”.
Por su parte Joaquin, al escuchar la sentencia, señaló que en ese momento empezó la carga. “Me dieron fuerza para soportar las torturas tan grandes que estoy sufriendo las 24 horas desde hace 30 meses”, denunció ante el juez Brian Cogan. “Me he visto obligado a beber agua no higiénica; se me negó la luz del sol y el aire fresco”, continuó. “Me duele la garganta, la nariz y la cabeza. Me tapo los oídos con papel higiénico por el ruido del aire”, añadió.
La palabra tortura la repitió una decena de veces. El narcotraficante mexicano, conocido por ser un criminal despiadado y sanguinario, se dirigió al juez directamente en ese momento para afirmar que había sido “lo más inhumano” que había pasado en su vida. “Es una falta de respeto a la dignidad humana. En el siglo XXI no se puede permitir este tratamiento cruel”, sentenció. (El País)

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