Según David Rosero, ex Vocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, el ex presidente Correa viene a Ecuador a presionar a la Corte Constitucional para que no pase la Consulta Popular.

Aparte de defender a Glas, viene a salvar lo que le queda  del rebaño en desbandada.

“Sin poder, sin todo el aparato propagandístico, a Correa lo veo como un tipo frustrado, lleno de odio, porque el discurso de confrontación ya no cuaja en la ciudadanía”, remarcó Rosero.

 Explicó que de cuatro temas se le acusa a Rafael Correa, como es el tema de la intermediación petrolera con China, donde se habla de un perjuicio  de 2 mil 500 millones de dólares para el Estado ecuatoriano, eso se dio mediante decreto firmado por el Presidente.

En segundo lugar está el caso de Odebrecht, si se delegó a Jorge Glas el manejo de los sectores estratégicos y si se le aplica lo de la autoría coadyuvante podría ser llamado a juicio; un tercer aspecto tiene que ver con  la criminalización de la protesta social y el asunto de la falsedad ideológica porque él dijo que no estábamos endeudados más allá del 40% que permite la ley, cuando se ratificó que la deuda sobrepasa ese porcentaje, añadió.

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