Por Jaime Salazar P. Febrero 2016
37 minutos de entrevista no es suficiente para conocer a fondo a la educadora y la directora del grupo Ñucanchi Llacta, doña Consuelo Terán viuda de Suárez. Ella junto a su esposo, el profesor Rubén Darío Suárez, fundaron allá por agosto 3 de 1967 este conjunto de danza de gran aceptación y trayectoria en el norte del país, en castellano “Nuestra tierra”.
Estuvo desde pequeña vinculada al espectáculo, a la radio, a la educación y a la gastronomía a través de los helados de paila de Rosalía Suárez, muy tradicionales en nuestro medio y en el país. El grupo cumplirá en el 2017, 50 años de actividades, bodas de oro que esperan celebrar a lo grande. La entrevista se desarrolla en la cafetería de la esquina junto a la heladería, sin ruido, ni visitantes para no perder la concentración.
¿Cómo se conoce con Rubén Darío Suárez?
En la época de estudiantes, imagínese estudiaba en las Betlemitas y Rubén en la heladería con la mamacita, salíamos del colegio, a veces pasábamos por aquí y como en esa época éramos pocos los ibarreños, todos nos conocíamos y luego nos hicimos amigos, se hizo amigo de mis compañeras, amistades de antaño que ya no se vuelven a repetir..
¿Cómo nació este romance, él se declaró, usted le dijo voy a pensar una semana, o cómo fue?
En esa época era muy difícil que se dé enseguida la respuesta, no era enamoramiento, era una declaración, luego después de un tiempo, las compañeras preguntaban si le acepté o no; entonces así transcurrió la época de estudiantes, es un amor de primavera, en donde era muy difícil, había mucho control de los padres, ni siquiera se podía andar tomados de la mano, era un tabú de todo, la gente tenía recelo, prudencia, las parejas buscaban la forma de a escondidas darse un beso.
Eran los años 60 en Ibarra, pocos habitantes, todos se conocían.
Los militares llegaron a Ibarra al cuartel cuando funcionaba y se casaron algunas compañeras, Gloria Gómezjurado, Isolina Almeida, una hermana de Ramiro Guzmán.
Si nos invitaban a una kermesse, íbamos a las tres y a las seis teníamos que estar en la casa, así era antes.
¿Don Asael Terán, su padre, tuvo radio Equinoccial, allí viene su acercamiento a la música, al espectáculo, a la danza?
Pienso que sí, lo que no se hereda no se hurta, me gusta entrañablemente la música nacional, la folclórica latinoamericana y la instrumental, sin la música no podría vivir. La danza la heredé de mi madre, ella era supervisora de Educación Física en la provincia, ella fundó el jardín de Infantes, Juan Francisco Cevallos, fue profesora en la escuela Pedro Moncayo y en el Teodoro Gómez de la Torre, daba danza y música.
¿Usted locutó en la radio?
Sí, me acuerdo que mi madre Lidia Sevilla León me llevaba a la radio la Voz de Imbabura a hacer un programa que se llamaba la “Cajita musical”, donde habían varios personajes, Olguita Nieto, mi mamá y yo era la pequeña que hacia algunas entradas en el programa, después en radio Equinoccial cuando no había un locutor, yo reemplazaba.
¿Había el teatro Avenida, dónde funcionaba la radio?
En la misma casa como era esquinera, en la esquina del Obelisco, ahora eso le derrocaron, pero la casa de al lado del doctor López, casado con una de las hijas del doctor Cabezas, era muy amplia, teníamos ahí el teatro, salón de belleza de la cuñada de mi papá, consultorio de mi tío el doctor Guillermo Terán Reyes, laboratorio de componer radios de mi papá, la radio en dos salones y el teatro Avenida. Era una verdadera empresa, que el tiempo y las circunstancias sabrán decirlo, porque cuando la familia se desune todo se acaba.
Mi tío emigró a Estados Unidos, mi papá se fue a Colombia, cuando se muere el padre o la madre, todo se acaba, ellos son la columna vertebral de un hogar, de la empresa, se fueron ellos y todo se acabó.
¿Cuántos hijos procrearon?
4 hijos, 10 nietos, y 1 bisnieto.
¿Cómo nace Ñucanchi llacta?
Mi papacito trabajaba en Colombia, yo era profesora en la María Angélica Hidrobo, me vieron a mí para hacer unas danzas en diferentes establecimientos educativos, organicé la danza en el colegio Daniel Reyes, ahí conocí varios elementos de la danza que continuaron con nosotros algún tiempo y luego vino mi papá y dijo esto es una maravilla, quisiera que se vaya con estas danzas a Colombia.
Me organicé con amigas, compañeras, profesoras, nos fuimos a Colombia con el nombre de danzas internacionales, al regresar nos organizamos, venía la Feria de Integración Colombo Ecuatoriana, ahí nos reunimos, en la radio Equinoccial le pusimos el nombre de Ñucanchi llacta, ahí nació el grupo en agosto de 1967.
¿Cuál es la política del grupo Ñucanchi Llacta, ingresan, cuando salen a qué edad?
La política del grupo ha sido la constancia vence lo que la dicha no alcanza, los más constantes han continuado, se mantienen en las edades juveniles, unos 3 y 4 años, entre la época de colegio, un poquito de universidad, esa es la época de mayores vivencias, aunque hay personas que me acompañaron unos 20 años, no todo un siempre pueden estar por sus estudios, por sus cuestiones del hogar.
¿Es duro mantener un grupo de danza?
Es muy duro el aspecto económico, tengo que hacer autogestión, ahora hasta para bailar cuesta un mínimo vital; no tenemos un apoyo estatal permanente, es difícil, pero es una experiencia maravillosa, porque no hubiera viajado a tantas partes del mundo con nuestros recursos, sino porque nos han hecho invitaciones y nos han dado los requerimientos, ahora hay las invitaciones, pero no hay el transporte y los jóvenes estudiantes no van a gastar de su dinero, hay que hacer contactos.
¿Hay una etapa de oro del grupo?
Si la del 70 y 80. En esos años fuimos a Barquisimeto, a Colombia, muchas salidas, a México en el Palacio de Bellas Artes, luego a Estados Unidos 3 o 4 veces que viajamos a Nueva York y Miami, al festival de la hispanidad, en esa época había mucho sentimiento, mucha identidad, una experiencia maravillosa de la expresión corporal como educación, ritmo, ahora la hay, pero es más difícil, estamos aculturizados por las nuevas corrientes,
¿Usted y Rubén bailaron en el grupo?
Al principio cuando faltaba algún miembro como en Arequipa, Perú, en Colombia o en los pregones, recuerdo que Rubén en Arequipa salió con las cargas de campanas.
¿Quién prepara las coreografías, la temática del baile, de la danza?
En eso yo, Rubén era el director, él me ayudaba en la organización, logística, disciplina. Yo soy la coreógrafa en base a estudios, investigación de campo, bibliográfica y de creatividad; pero el grupo tiene coreografía de primera, que en Venezuela nos decían el Ñucanchi llacta nos dio cátedra; ahora tengo asistentes, pero vigilo o hago la danza y ellos están para afianzar, ver que los movimientos y las expresiones estén iguales.
¿Se imaginó llegar a los 50 años con el grupo?
Yo no pensé llegar hasta los 50 años, pero si conservar hasta cuando Dios de vida y salud, decirles a mis hijos, a ver cuál va a tomar la posta, estamos en esas.
¿Cuáles son los grupos musicales que les acompañaron?
Primero el grupo El Rondador, en esta época no mucho porque salieron de Chorlavi, nosotros perennes como 48 años en Chorlaví, luego los Cantares, Los Imbaburas, a Cochabamba se fueron con el grupo del doctor Iván Tapia, no me acuerdo el nombre del grupo, Mi Ricardo tiene esos datos que a veces me sorprende.
¿Por qué este vínculo con la hostería Chorlaví?
Somos como de planta, como familia, desde que el señor Pepe Tobar inició la hostería hemos estado allí, luego doña Pilarita, doña María Eugenia y ahora Andrea y Carolina que le han dado un vuelco total a la hostería, la han remodelado, con mejor atención, mejor servicio y ellos no nos sueltan
¿Personajes famosos que han llegado a Chorlaví y que admiraron su baile?
El Presidente Luis Echeverría de México, algunos Presidentes, el príncipe Rainiero de Mónaco, conocido a su hija Carolina y a su esposo Philippe Junot; embajadores, hemos actuado para todas aquellas personas importantes, pero también para el pueblo en las avenidas, en los pregones, en funciones sociales.
¿Qué deja para Imbabura, para el país Ñucanchi Llacta?
Deja para Imbabura el legado de un proyecto de cultura y que a través del inicio de Ñucanchi Llacta, empezaron a proliferar varo grupos de la provincia.
A las autoridades les digo que se haga festivales con todos los grupos, que revivan a este Ibarra que está solitario, que los otros cantones tienen.
¿Qué es para usted Ibarra?
Ibarra es nuestra segunda Patria, Ibarra de antes más hermosa, más segura, más cordial, más vecindad y más sinceridad, ahora hay gente que no se conoce, hay muchos migrantes, es diferente, tiene tantos atractivos turísticos, pero debe ser considerada una ciudad de destino turístico, no de paso.
Estamos con la educadora, comunicadora, política, experta en temas de danza, de los ricos helados ¿en cuál se siente identificada?
Todas conjugan, tal vez me siento identificada con la danza, pero la educación ha sido importante para mí, porque yo he sido maestra en varios planteles de danza de educación, en la Universidad Católica donde di una asignatura.
Pienso que hay que estar activa, con los años no hay que dejarse vencer, pero para todo he pensado que hay un Dios que tiene que ayudarnos a fortalecernos en la salud. Vivir bien, honrar el nombre del padre y de la madre, hay que tener un buen vivir para que nadie tenga que señalarnos con el dedo, no hay que hacer confrontaciones, en esta etapa de la vida, hay que procurar vivir en paz, y vivir la vida con honradez, con lealtad, con sinceridad y con trabajo.
¿Finalmente qué piensa de la muerte, su esposo se adelantó en el viaje eterno?
Pienso que aún no era tiempo que se muera Rubén Darío, fue un buen hombre, responsable, educador, buen padre, para nosotros ha sido muy duro su ausencia, en especial para continuar con este legado que él nos ha dejado, van hacer 10 años de su muerte, no le olvidaré nunca.
¿De esos amores ya no hay?
Ya no, eran hasta que la muerte nos separe