El Pleno de la Asamblea Nacional aprobó el proyecto de Ley Orgánica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales, que tiene, entre otros propósitos, normar el uso y acceso a la propiedad de la tierra rural, el derecho a la propiedad de la misma, que deberá cumplir la función social y la función ambiental.
Regula la posesión, propiedad, la administración y redistribución de la tierra rural como factor de producción para garantizar la soberanía alimentaria, mejorar la productividad, propiciar un ambiente sustentable y equilibrado; y, otorgar seguridad jurídica a los titulares de derechos.
Además, esta ley garantiza la propiedad de las tierras comunitarias, el reconocimiento, adjudicación y titulación de tierras y territorios de comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, pueblo afroecuatoriano y montubio, de conformidad con la Constitución, convenios y demás instrumentos internacionales de derechos colectivos.
A criterio del presidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria y Desarrollo del Sector Agropecuario y Pesquero, Miguel Carvajal, esta ley responde a las necesidades actuales y estratégicas del país y garantiza la producción, formas de propiedad, prepara al sector rural para una época pospetrolera, permite y promueve todas las formas de inversión, la redistribución de la tierra a organizaciones de campesinos pobres para fomentar la productividad, solucionar la pobreza extrema ubicada en el sector rural y resolver los conflictos que impiden una adecuada administración.