El 24 de mayo de 1981, hace 35 años, el avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) que transportaba al presidente Jaime Roldós, un Beechcraft King Air (FAE 001A) que había sido adquirido recientemente para avión presidencial, se estrelló contra el cerro de Huayrapungo (“Puerta de los Vientos”, en quechua), en la provincia de Loja.
Además del presidente, murieron todos los demás pasajeros de la aeronave: su esposa Martha Bucaram, el ministro de Defensa Marco Subía Martínez, Irlanda Sarango, los tenientes coroneles Héctor Torres y Armando Navarrete, el piloto y edecán del presidente, teniente coronel Marco Andrade, el copiloto teniente Galo Romo y la azafata Soledad Rosero.
La aeronave había salido de Quito poco después de una ceremonia cívico-militar en el Estadio Olímpico Atahualpa, en donde se condecoró a los combatientes de la Guerra de Paquisha. Su destino era la localidad fronteriza de Macará, en donde el presidente debía tomar un helicóptero que lo trasladaría al cercano pueblo de Zapotillo, donde tenía previsto participar en otra ceremonia. Debía volver a Quito esa misma tarde, para la sesión solemne del Consejo Provincial de Pichincha.
Pocos minutos antes de aterrizar, y en la trayectoria de descenso hacia la pista de Macará, de la que todavía estaba distante unos 60 kilómetros, el pequeño avión presidencial se estrelló contra una gran roca en la cresta del cerro Huayrapungo, que estuvo a pocos metros de sobrepasar. Al no llegar la nave y perderse el contacto con ella, el helicóptero que esperaba en Macará al presidente despegó en su búsqueda, encontrando los restos del avión en la ladera del Huayrapungo.
Del cercano cantón Celica, distante 10 kilómetros del sitio del impacto, partieron patrullas del Ejército que ascendieron la montaña para rescatar los restos del presidente y su comitiva.
De Celica los despojos del mandatario y su comitiva fueron trasladados a Machala, en donde un avión C130 de la Fuerza Aérea esperaba para transportarlos a Quito.
Roldós fue reconocido por la corbata roja que usaba ese día. La autopsia confirmó que el presidente murió instantáneamente por politraumatismos producidos por el impacto.
Apenas confirmada la muerte de Roldós, asumió el poder, mediante decreto ejecutivo, su vicepresidente, Osvaldo Hurtado Larrea, quien se dirigió a la Nación en un enlace televisado.12
Ultimo discurso
“Este Ecuador que no lo queremos enredado en lo intrascendente, sino en lo valeroso, luchador, infatigable, forjando un destino de grandeza. El Ecuador heroico que triunfó en Pichincha, el Ecuador de los valerosos de hoy, heroicos luchadores de Paquisha, Machinaza y Mayaicu, inmolados en estas legendarias trincheras. El Ecuador heroico de la Cordillera del Cóndor. El Ecuador eterno y unido en la defensa de su heredad territorial. El Ecuador democrático, capaz de dar lecciones históricas de humanismo, trabajo y libertad.
Este Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la Patria!”, fueron sus últimas expresiones antes del fatal suceso