Se cumplen 32 años de la desaparición de los hermanos Restrepo, cuyos cuerpos hasta el momento no aparecen, no se sabe qué pasó con ellos y el espíritu de cuerpo de la institución policial no ha permitido conocer la verdad sobre este caso emblemático de abuso del Estado.
Este Caso es un hecho de violación de Derechos Humanos ocurrido en Ecuador en el año de 1988 durante la presidencia de León Febres-Cordero, el cual ha pasado a ser un asunto de Estado.
El caso nace a merced de la desaparición de los hermanos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismendi, nacidos en la ciudad de Quito, en el año de 1971 y 1974 respectivamente, quienes al momento de su desaparición contaban con 17 y 14 años de edad. Los desaparecidos nacieron en una familia acomodada, hijos de Pedro Restrepo y Luz Helena Arismendi y residían en la ciudad de Quito, en el valle de Cumbayá, en la ciudadela Miravalle. Todavía no han encontrado sus cuerpos

La mañana del 8 de enero de 1988, Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismendi, hermanos de 17 y 14 años respectivamente, salieron de su casa con destino a recoger a un amigo, habían sido dejados solos junto con su hermana menor, por sus padres que en ese momento se encontraban fuera del país.
Los hermanos salieron de su casa ubicada en Miravalle, barrio nororiental de Quito, en un Jeep Trooper, color almendra, de placas PHD-355 hacia las calles Río Coca y Av. De los Shyris, para recoger a un amigo suyo para llevarlo al Aeropuerto, pero nunca llegaron a su destino.
Los padres de los menores Ing. Pedro Restrepo y Luz María Arismendi, de nacionalidad colombiana y con residencia de 20 años en el país junto con algunos familiares y amigos iniciaron inmediatamente la búsqueda, en principio informaron que los jóvenes se encontraban en el Centro de Detención Provisional por no haber contado con licencia de conducción, pero al visitar el lugar tal información fue negada.

La subteniente de Policía Doris Morán fue la encargada de hacer las investigaciones, solicitó recursos a la familia, junto con ellos realizó viajes hacia Santo Domingo y al norte del país en Ipiales, de acuerdo a las pistas que le daba un supuesto informante. Entabló lazos afectivos con los padres de los menores desaparecidos, a quienes les garantizaba hallarlos con vida. Al mismo tiempo, elevó informes difamando a los jóvenes.
Según declaraciones del ex agente del SIC-10 Hugo España Torres quien dice que en esa mañana, los menores fueron detenidos ilegal y arbitrariamente por la Policía Nacional y fueron puestos a órdenes del Servicio de Investigación Criminal de Pichincha, donde él trabajaba, según el mismo testigo los menores fueron torturados durante varios días por miembros del SIC-10. En las declaraciones que Hugo España publicó en su libro,
El Testigo, dice que el hermano mayor Carlos Santiago Restrepo Arismendi falleció a causa de las torturas de las cuales fue víctima, debido esto a que la policía le había puesto una funda plástica llena de gas lacrimógeno en su cabeza, procediendo a golpearle fuertemente en el estómago. Según Hugo España, esto habría agravado el ataque de asma que tenía en ese momento el menor siendo luego lanzados a la laguna de Yambo donde fueron devorados por los peces fluviomarinos que habitan el lago.2 Según las declaraciones del mismo testigo, el segundo menor Pedro Andrés fue asesinado días más tarde para eliminar al único testigo del crimen y así nadie podría darse cuenta.

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