El Programa INTEGRA conformado por las organizaciones internacionales: Ayuda en Acción, CISP y HIAS a través de un conversatorio con expertos regionales en movilidad humana hicieron un llamado a la integración social y económica de las personas migrantes y refugiadas que se encuentran en Ecuador.
Fotos Conversatorio “Movilidad humana: Retos y desafíos frente a la Coyuntura Migratoria Regional”, Quito, Ecuador.
En el marco del Día Mundial del Migrante, el Programa INTEGRA, iniciativa regional financiada por la Unión Europea para atender a la migración venezolana, desarrolló el Conversatorio “Movilidad humana: Retos y desafíos frente a la Coyuntura Migratoria Regional”, que contó con la presencia de un panel de expertos: Diego Lorente, experto Regional en Movilidad Humana de Ayuda en Acción; Lina Parra, Experta en Migración de la Universidad Andina Simón Bolívar; y Jacques Ramírez, Asesor de Movilidad del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito.
En este espacio se analizó la coyuntura migratoria actual, partiendo de la realidad regional y de las medidas unilaterales impuestas por gobiernos de la región, relacionadas con la expulsión de su territorio de personas migrantes no regularizadas, que abordó Diego Lorente, quien mencionó: “Hay dos elementos estructurales importantes, uno es que se dimensione el fenómeno migratorio regional, teniendo en cuenta que un país solo no va a resolver esta situación. Y segundo, hay que cambiar la narrativa, y empezar a presentar los puntos positivos y no solo los negativos de la migración”.
Por su parte, Lina Parra abordó la realidad de la niñez en situación de movilidad humana y dijo: “Es fundamental entender que la integración de personas en situación de movilidad humana no es una cuestión de caridad sino una cuestión de derechos humanos, y que es clave
priorizar la protección de niñas y niños no acompañados, que viven una serie de vulneraciones en su proceso migratorio”.
Mientras que, Jacques Ramírez mencionó: “Desde el Municipio de Quito estamos desarrollado políticas de integración, tanto para las personas migrantes como para las comunidades que les acogen, consideramos fundamental crear espacios para todas las personas, donde se propicie la unión. Este objetivo no podemos lograrlo solos, por eso reconocemos el valor de iniciativas tan importantes como las del programa Integra”.
Cifras detrás de la migración
– Existen más de 7 millones de personas venezolanas refugiadas y migrantes en el mundo.
– Los 4 países que más migrantes y refugiados venezolanos acogen en Latinoamérica son: Colombia, Perú, Brasil, y Ecuador.
– Del total de personas venezolanas refugiadas y migrantes, más de 6,5 millones han sido acogidas en 17 países de América Latina y el Caribe.
– Aunque más del 60% de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela tienen documentos, esto no ha sido suficiente para garantizar una vida digna y un acceso adecuado a sus derechos básicos.
– Aproximadamente el 19% de las niñas y los niños refugiados y migrantes no asisten a la escuela, y en su lugar apoyan a sus familias con trabajos informales y mal pagados.
– Desde 2014, más de 50.000 migrantes han perdido la vida en rutas migratorias en todo el mundo.
– La migración tiene varios rostros y nacionalidades, por ejemplo, entre octubre de 2021 y agosto de 2023, más de 205.000 ecuatorianos dejaron el país hacia Colombia, a través de los pasos terrestres de Rumichaca y San Miguel, en Carchi y Sucumbíos.
– También, entre octubre de 2022 y mayo de 2023, más de 72.000 migrantes ecuatorianos fueron detenidos por el gobierno de Estados Unidos, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (U.S. Customs and Border Protection).
Independientemente de los motivos que obligan a las personas a desplazarse, es importante entender que esta población se encuentra entre los grupos más vulnerables y marginados de la sociedad y, con frecuencia, están expuestos al abuso y la explotación. Tienen limitado acceso a servicios esenciales, incluyendo el cuidado de la salud, y deben enfrentar agresiones xenófobas y estigmatización. Además, muchos trabajadores migrantes obtienen trabajos temporales, informales o sin protección social, lo cual los expone a un mayor riesgo de inseguridad, despidos, y condiciones laborales injustas.