Recuerdos del Ibarra de antes: Botica Suiza

Por Mickey

Las boticas eran los lugares donde se preparaban los medicamentos mediante productos vegetales, animales y minerales, ahí mismo se comercializaban y dieron origen a los primeros medicamentos de patente.
Fue una de las primeras boticas de Ibarra, ubicada en la plaza la Merced, calle Flores (entre Sánchez y Olmedo), bajos del Hotel Berlín. Casi nadie se acuerda que existió. La primera dueña fue una señorita que vino de Quito, luego la vendió al Dr. Jorge Mariano Noboa Castillo quien era su representante farmacéutico, requisito indispensable para el funcionamiento de boticas. Son los años 1950, recuerda su hijo. Cierra definitivamente, luego de 60 años de servicio ininterrumpido a la ciudadanía. Las cadenas farmacéuticas aparecen y la competencia se vuelve difícil.
La familia Noboa Cevallos decide apostar por el nombre de “Botica Suiza”, en honor a los productos farmacéuticos suizos mejores en calidad, efectivos para curar/ aliviar dolores y enfermedades en esos años que, tantos recuerdos dejaron.
La botica es el sitio donde un farmacéutico brinda un servicio a la comunidad, suministrando medicamentos de acuerdo a las indicaciones de un médico o según su propio consejo. Se acude a la botica en busca de auxilio ante una dolencia física u otra que afecta la salud. El boticario (farmacéutico a cargo de la botica), tras escuchar atentamente las palabras del prójimo y observar su dolencia, le ofrece un medicamento inyectable, pomada, jarabe e indica tomar un analgésico para aliviar el dolor
Por ejemplo, Botica Suiza recomendaba, aceite de hígado de bacalao para los que sufren de repentinos desmayos o fatiga. Es el alimento más sano, más puro y concentrado que la ciencia conocía para nutrir y fortalecer a seres humanos débiles, ancianos, a 3 convalecientes de largas enfermedades y, en general, a toda persona escasa de sangre y fuerzas. Padres y abuelos son testigos fieles de las bondades del producto. En la botica había de todo; pero los productos estrella de Botica Suiza, son: ATB. – Nombre que le puso el Dr. Noboa a un producto, invención de él, que se vendía bastante. La presentación era en sobrecitos con un polvo blanco. Compraban las esposas y mamás de los borrachitos; polvo que se tenía que poner en el jugo sin que se dé cuenta el vicioso; el efecto, cuando toman trago les venía un vómito terrible; entonces dejaban de tomar porque creían que el trago les hacía mal.
Cuántas almas benditas se recuperaron de ese mal “bendito”, gracias al producto ATB, cuya fórmula o secreto se llevó el Dr. Noboa. COLONIA. – Se elabora con puntas de Intag. Una vez filtrado el trago (usando embudo y algodón) se añade flores de aromas agradables. Así nace el producto perfumado, que es demandado por vecinos peluqueros en cantidades (botellones y botellas). Era un buen desinfectante una vez hecho pelo y barba; la ardencia es mitigada con soplos del peluquero, toalla o aventador de cartón (especie de abanico).
DESINFECTANTES. – AGUA OXIGENADA, DESTILADA, MERTIOLATE…. AMONÍACO, en polvo o líquido, demandado por dueñas de cantinas y prostíbulos para despertar a dormidos por efectos del licor y buscadores de amores de media noche. EMPLASTOS y parche poroso, para paperas e inflamación de articulaciones.
FORMOL. – Se elabora una preparación en base de este producto para el pie de atleta, con excelentes resultados. El mal olor se esfuma como arte de magia. CLORURO DE MAGNESIO. – Fue el primer farmacéutico que saco a la venta este producto. Hasta hoy se médica para defensa del sistema inmunológico, con fabulosos resultados. Como protección al covid 19 se sugiere dicho producto. PRODUCTOS PARA LA BELLEZA. – Teniendo como base el ácido bórico se elabora cremas, lociones, polvos, pomadas (para la paspa), entre otros. PURGANTES. – Aceite de resino la mano de dios para desparasitar el cuerpo humano.
Muchos recuerdan la tortura de los lavados intestinales en base al mencionado aceite para expulsar a cuicas y amebas. INYECCIONES. – Un sucre era el costo de una inyección en la nalga o brazo, según el deseo del cliente. La aguja era de metal y la jeringuilla de cristal; tenía varios usos, con duración de un mes; instrumentos que se desinfectan en agua hirviendo en recipientes caseros o importados. 4 MAREOL. – Como la botica estuvo ubicada en La Merced, especie de terminal terrestre, los viajeros acudían a solicitar algún medicamento que contrarreste mareos. La cantidad de vueltas para llegar a Quito y sobre todo gases que emanan gasolinas de mala calidad, que penetran por carrocerías de madera, el mareo era inminente; medio cuerpo salía por ventanas de buses para expulsar vómito por los treinta pueblos, vueltas de Otón, Guayllabamba hasta llegar a Carretas (Calderón), la entrada a Quito.
Desenlace, la cara pálida y de angustia de la mayoría de viajeros; pero felices de llegar a cumplir sus encargos. Muchas fórmulas de sus productos, guardados como secretos atesorados, se llevó al más allá el Dr. Jorge Mariano Noboa Castillo. Farmacéutico que vino a Ibarra y se fue con la humildad y sencillez que lo caracterizó su caminar por el barrio de la Empresa Eléctrica, donde vivió (calle Borrero y Chica Narváez).
Excelente vecino. Sirve desinteresadamente, desde su Botica Suiza, a enfermos; curando lo incurable. Estuvo ligado a la juventud como profesor y Rector del Colegio de Señoritas Ibarra. Son los genuinos ciudadanos que transitan en el mundo terrenal sin buscar reconocimiento alguno; por el contrario, son seres humanos desinteresados que intentan curar las enfermedades de la vida desde su profesión que tanto amó.

(PIE DE FOTO DR. JORGE MARIANO NOBOA CASTILLO
Foto proporcionada por su hijo Miguel Noboa Cevallos.
Colaboración La Espuela

Dirección: Ibarra - Ecuador
Teléfono: 099 718 4835
Email: gerencia@expectativa.ec

<a href=”https://www.facebook.com/hashtag/emapasomostodos><img src=”http://www.expectativa.ec/wp-content/uploads/2021/10/WhatsApp-Image-2021-10-08-at-10.45.12-8.jpeg” alt=”” width=”1280″ height=”164″ class=”alignnone size-full wp-image-32500″ /></a>

Sigue nuestras noticias