Uno de los atractivos turísticos que tenía la parroquia de Caranqui en la Plaza Atahualpa era el museo arqueológico subterráneo que allí existía, estructura que fue quitada por la anterior administración municipal con el proyecto de restauración que se ejecutó a un costo de un millón de dólares, pero que no dejó contentos a muchos ciudadanos de este sector importante del sur oriente de Ibarra.

Hace casi un año, los dirigentes y moradores de la parroquia se reunieron con el alcalde, Álvaro Castillo para expresarle esta preocupación para lograr recuperar la esencia de la Plaza Atahualpa. La autoridad dispuso a sus técnicos a que trabajen en varios proyectos de reconstrucción.

Los dirigentes y vecinos de la plaza quieren recuperar las piezas arqueológicas que allí se exhibían y que cuentan gran parte de la historia de ese territorio y del país, además de los baños públicos que desaparecieron con el proyecto de restauración.

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