De 50 años de edad, de trato amable, alegre, buen talante; se trata del polémico doctor Jorge Acosta Cisneros, Presidente del Tribunal Supremo Electoral, originario de la provincia de Imbabura. Nació en Otavalo, pero estudió en Ibarra, concretamente en la escuela 28 de septiembre y el colegio Teodoro Gómez de la Torre.
En Ibarra, su padre tenía un restaurante de carnes coloradas, denominado “Rincón Quiteño”, estaba ubicado en las calles Salinas y Colón.
¿Cuáles son sus vínculos con la provincia de Imbabura?
Yo nací en la ciudad de Otavalo y me crié en la ciudad de Ibarra; mi papá don Jorge Alpino Acosta Mantilla era de Ibarra, él y mis hermanos son ibarreños, los miembros de la familia Cisneros Andrade, de Otavalo, son mis parientes.
Me eduqué en el Jardín de Infantes “María Montesorri, luego en la escuela “28 de Septiembre”; la secundaria la cursé en el colegio “Teodoro Gómez de la Torre”, soy chapita del “patrón”; luego me gradué de doctor en la facultad de jurisprudencia de la Universidad Central del Ecuador.
¿Qué es para usted Imbabura?
Tierra preciosa la de Imbabura, la más hermosa del Ecuador. Para mí es padre y madre, son mis hermanos, es mi tío Jaime, mi primo Plutarco, son mis lagunas.
¿Vuelve a Imbabura de vez en cuándo?
Claro, mi primera parada es en el mercado Amazonas a comer el hornado.
¿Usted no olvida sus ancestros?
Jamás, en todo acto público y privado tengo todavía el arrastrado ibarreño, en vez de decir cuello digo pescuezo.
¿Recuerda alguna enseñanza del colegio Teodoro Gómez de la Torre?
Todas, del licenciado Guillermo Rosero que me daba literatura y Sicología; el señor Roberto Morales que nos daba Filosofía, Lógica y Etica.
¿Usted pensó a llegar a ser presidente del TSE?
Con mucha responsabilidad, yo jamás esperé esto. Mi única ilusión el venir acá a Quito era graduarme de abogado y dedicarme al ejercicio profesional. La vida me ha ido ubicando en una parte y en otra parte.
¿Cómo llegó hasta dónde está hoy?
Por una propuesta que me hizo el ex Presidente Lucio Gutiérrez para que represente a su partido, del cual yo no soy afiliado, estoy en esta situación. Pensé que iba a ser solamente vocal y terminé siendo Presidente de este organismo.
¿Su familia como reaccionó?
Ya verá. Ante los últimos acontecimientos, inclusive mi esposa, me dijo que de gana me he metido en estas cosas, que estaba bien y tranquilo en mi oficina; tiene razón, pero también en algún momento hay que colaborar con la causa pública y dar lo mejor que uno tiene, hasta cuando a uno le dejen.
¿Entonces usted no está a favor de la reelección inmediata, tal como consta en la Constitución aprobada?
Los buenos funcionarios como Nebot en Guayaquil, Paco Moncayo en Quito deben reelegirse las veces que sean necesarias, lo que pasa es que no tengo mucha vocación burocrática, mi sueño siempre fue tener un cartón para poder vivir de mi profesión.
Le iba más bien como abogado que como Presidente del TSE?
Depende con el cristal con que se mire, aquí me ha ido recontra bien, en la profesión también me ha ido bien.
Ha ganado más enemigos que amigos?
No importa eso, como abogado litigante siempre he tenido amigos y enemigos, a mi no me sorprende los enemigos; económicamente tal vez es mejor afuera, pero claro esta ha sido una experiencia extraordinaria, así como fue cuando defendí a Gutiérrez en los doce juicios.
¿Usted será candidato en las próximas elecciones?
No, Dios no le oiga, Dios no le oiga.